Renfield: una versión de Drácula cínicamente sangrienta

Reseña

La película aborda el tema de la codependencia, sin embargo, el abuso de las escenas cómicas desvía el filme de su objetivo

Nicholas Hoult y Nicolas Cage en Renfield.
Elizabeth Solís
Ciudad de México /

La más reciente película de Chris Mckay, escrita por Ryan Ridley, protagonizada por Nicholas Hoult y Nicolas Cage, muestra la vida de Renfield, un joven aprendiz de vampiro que lucha contra sus instintos serviles para liberar su alma de los colmillos de su amo, Drácula, a través de reuniones y libros de autoayuda.

A diferencia de otras películas de vampiros que transcurren en la época victoriana, esta historia está ambientada en la actualidad, desde los primeros instantes muestra la violencia y la manipulación características del conde para que la audiencia logre empatizar con el protagonista.

La cinta es buena porque hace un guiño a los trastornos afectivos y la moralidad de una forma muy original, dejando claro que el mundo no se divide entre seres buenos y malos.

Nicolas Cage en Renfield.


A través de Renfield se halla un paralelismo sobre el abuso laboral que los jefes ejercen sobre sus empleados y una alegoría del “vampiro moderno”. Otro ejemplo, de este paralelismo es la oficial de tránsito, Rebeca Quincy, quien es fiel a sus convicciones en una sociedad donde el sistema legal es corrupto.

El desarrollo de la historia es sencillo y directo, la mancuerna entre los dos Nicolas es magnífica, haciendo tangible la toxicidad entre amo y esclavo.

La música está a cargo de Marco Beltrami, quien se ha caracterizado en componer para películas de terror como Scream, incorporando instrumentos de percusión tradicionales como bombos, violines e instrumentos de viento-metal.

Nicolas Cage en Renfield.


La fotografía es increíble porque te trasportes a un Nuevo Orleans oscuro, digno de la época victoriana; no obstante, la atmósfera pasa de ser sombría y se torna colorida conforme va avanzando.

Lo negativo es que el abuso de las escenas cómicas desvía el filme de su objetivo y aunque el final es predecible, funciona y entretiene a todo el público, incluso a los menos fanáticos del género gótico.

El mensaje es claro: romper con relaciones tóxicas, sanar y encontrase a sí mismo. Sin duda, es una buena opción para ver este fin de semana en las salas de cine o mediante plataformas digitales.


evt


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