Rodrigo Prieto llegó al Festival Internacional de Cine de Morelia para mostrar su versión de Pedro Páramo, la cual se aleja de una simple recreación de la novela de Juan Rulfo, el debutante en dirección plasma una reflexión sobre las motivaciones que llevan a Pedro Páramo a sumergir a Comala en el olvido; a través de su lente, Comala y sus fantasmas cobran nuevamente para recordarnos que todos somos parte del mismo paisaje desolado.
Desde las primeras imágenes, Prieto nos confronta con el alma de un hombre que, incapaz de ser amado, usa el poder que hereda para intentar restaurar lo perdido, arrastrando consigo a todo un pueblo en su caída:
“Ese poder fue destructivo, pero quería recuperar lo que sintió en algún momento, ese aparente amor, lo que vivió de niño fue importante y de pronto llegó una persona que sí lo quiso y toda la vida lo estuvo buscando”, comentó.
Durante su charla en el FICM, previo a su premiere latinoamericana, Rodrigo reflexionó sobre cómo la obra de Juan Rulfo se vuelve una metáfora de lo que vivimos hoy:
“Cuando Pedro no logró recuperar lo que quería viene el rencor, todos los personajes tienen desesperanza, desilusión y muchos de ellos rencor. Para mí ese es un tema importante en la película, en el mundo y nuestra sociedad, es destructivo, qué destruye Comala, el rencor”.
“Ver eso de frente, en lugar de culpar al villano, el cabrón que hizo algo, no, cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de crear nuestra verdad, finalmente la novela es trágica, pero al ver esos temas es donde encontramos nuestros propios caminos, no es una solución, claro, pero es esa búsqueda de reconocer lo que nos duele, lo que nos tumba”, agregó el cinefotógrafo que ahora debuta como director con esta adaptación de la novela de Rulfo.
Dolores Heredia, quien da vida a uno de los personajes que habitan este universo espectral, habló sobre la importancia de Rulfo para entender a México, “Rulfo tiene respuestas sobre qué nos compone como mexicanos, siempre hay algo nuevo que descubrir en sus palabras”. Esta versión de Pedro Páramo dialoga con ese universo fantástico, conectando la tragedia personal con la historia más amplia de un país marcado por sus fantasmas.
Ilse Salas, quien interpreta a Susana San Juan, comparte cómo la obra de Rulfo la impactó de manera diferente al releerla en la adultez. “De joven no entendí completamente su profundidad. Ahora, siendo adulta, hacer a Susana San Juan fue aterrador, es un personaje cargado de fantasmas y dolor”. Esta versión de Susana, bajo la dirección de Prieto, emerge como un símbolo del deseo y la locura, atrapada en sus propias pérdidas.
Manuel García-Rulfo, quien encarna a Pedro Páramo, se aleja del villano tradicional y lo aborda desde la vulnerabilidad: “Pedro es alguien que, al no poder ser feliz, se asegura de que nadie lo sea. Es un hombre que nunca deja de buscar el amor que perdió”. Esta interpretación resuena profundamente con la visión de Prieto, quien subraya que “lo que destruye a Comala es el rencor”, de Pedro y de todos aquellos que están atrapados en sus desilusiones.
El proceso de creación de esta película fue también un viaje de redescubrimiento para Prieto y su equipo. La tecnología permitió dar vida a un Comala cambiante, un lugar que oscila entre la abundancia y la desolación, entre el pasado y el presente.
“Cada vez que veo la película, me conmueve algo distinto”, dice, el debutante en dirección sobre el poder de la historia de Rulfo, “esta historia es universal y atemporal, por eso conecta con muchos”.
Pedro Páramo se convierte en algo más que una adaptación fiel; es una exploración del alma humana, de nuestros propios rencores y desilusiones, y “de esa búsqueda constante por entender lo que nos duele”, explicó Rodrigo, quien a través de su lente revive a Comala y a quienes caminaron por aquellos parajes que Juan Rulfo describió en las páginas. La película tuvo una gala en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia.