Scream está de regreso con una sexta entrega que, desde luego, trae de regreso al emblemático Ghostface para aterrorizar y hacer desastres a todo aquel que se encuentre.
Pero el principal éxito de la franquicia, sin lugar a dudas, es la peculiar máscara que usa el asesino ficticio, la cual se ha convertido en símbolo de terror e infaltable disfraz en celebraciones como Halloween.
Aquí te contamos la inspiración y la historia real detrás del diseño de la máscara en la franquicia de terror 'Scream'.
Scream máscara original: la historia de inspiración
Desde luego, muchos habrán notado que la máscara de Ghostface es muy similar a la de la famosa pintura 'El Grito' (conocida como 'The Scream' en inglés), la más conocida del noruego Edvard Munch y que fue completada en 1893. Actualmente, el ejemplar más popular se halla en la Galería Nacional de Noruega, mientras que hay otros dos en el Museo Munch y una más en una colección particular.
Sin embargo, la máscara ni siquiera fue diseñada originalmente para la película. En 2015, la artista Brigitte Sleiertin-Linden contó a The Hollywood Reporter cómo fue el proceso para diseñar la icónica máscara para la empresa Fun World como un disfraz para Halloween que salió en 1991.
"Cuando me dieron este proyecto de máscara", dice "me encargaron diseñar rostros fantasmales para convertirlos en máscaras y hacer algunos dibujos con un aspecto y tacto similares. Así que hice un montón de bocetos de diferentes caras blancas y fantasmales con formas simplistas de rasgos faciales negros".
"Como adicta a la animación", explica "me encantaban los viejos dibujos animados de Max Fleischer, y Betty Boop era una de mis favoritas. Esas caras se inspiraron principalmente en los fantasmas de algunas de esas viejas caricaturas en blanco y negro de la década de 1930".
Asimismo, arremete directamente contra quienes la relacionan directamente con la pintura: "Todo ese asunto inspirado en Munch es una forma fácil de descartar el diseño", se queja, "pero no es de donde vino mi influencia".
"Me encantaba toda la animación vintage y ese movimiento fluido, casi gomoso".
De acuerdo con el relato, la productora de la película Marianne Maddalena se encontró con una casa donde vivía una anciana viuda, lo cual pensó que sería el set ideal donde se grabaría la película, y encontró la máscara colgando en una de las habitaciones.
caov