Emmanuel El Chivo Lubezki se mostró agradecido de poder estar frente a sus colegas fotógrafos en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM, donde ofreció una ponencia en el Canon Zoom iN Project; se tocó el pecho e hizo una leve reverencia con su cabeza, el gesto fue respondido con una intensa ovación, igual de emotiva y sonora como cuando aceptó que se considera un “psiquiatra de la imagen” o que cumplió un sueño en Gravity.
El cinefotógrafo se mostró humilde al aceptar que su trabajo está al servicio de la visión de un director y compartir que más que considerar a la cinefotografía un arte, la ve como una gran artesanía, en la que se ha desarrollado al lado de amigos como Alfonso Cuarón o Alejandro El Negro González Iñarritú y maestros de vida como Terrence Malick.
“El trabajo del cinefotógrafo es ser un colaborador, una ayuda para el director a traducir sus ideas, sin él no hay cinematografía y mucho de mi trabajo es reconocer visualmente lo que tiene en la cabeza, una especie de psiquiatra de la imagen; los planos secuencias son lo que necesitan para mostrar las emociones y a veces lo tienen claro y otras lo descubrimos en el rodaje”, dijo Lubezki.
Con cada comentario, Emmanuel se granjeó el aplauso de los presentes en el recinto cultural, más aún cuando compartió que al lado de Cuarón hizo realidad uno de sus anhelos profesionales al filmar su aventura en el espacio: “Cuando leí el guion no podía creer lo complejo… Durante muchos años (traté de filmar una escena) en la que la temperatura cambia en todo momento, que se viera el día y la noche, no lo había podido hacer y con esta cinta me saqué la espina”.
El estudiante del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) evocó que junto a Alfonso también descubrió la manera de ser “flexible” lo que le brindó la oportunidad de “no imponerse” a las películas como les sucedió con Grandes esperanzas, y por lo que consideró que no tuvieron éxito, a diferencia de lo sucedido con Y tu mamá también.
“Es la única película de todas las que he hecho que puedo ver, las demás no las soportó. Esta película fue una respuesta a lo que habíamos hecho antes, me permitió regresar a lo que queríamos hacer y a los directores que nos gustaban al crecer juntos; no tenían nada que ver con lo que estábamos haciendo antes de esa cinta”, reveló.
Durante la charla; sin embargo, aceptó que su verdadero “mentor” fue Malick: “Terrence fue un momento de reinvención, cuando lo conocí había crecido con Cuarón, con El negro, y la frecuencia era similar, pero por una razón de suerte maravillosa Terrence me invitó a hacer un filme, del último año de vida de El Che, aunque no se hizo (pero trabajaron juntos en El árbol de la vida, 2011).
“Es un director que está tratando de encontrar una manera de contar historias que no tiene que ver con estar conectado con el teatro o la literatura, ha sido un gran maestro y cambió la forma en la que trabajo y en la que respeto con quienes lo hago, me enseñó a observar y eso es lo más importante”, aseguró.
Canon Zoom iN Project
En su plática con los asistentes a Canon Zoom iN Project, en el Centro Cultural Universitario de la UNAM, Emmanuel Lubezki contó que la primera vez que vio una cámara fue en casa de sus padres.
Por consejo de la mamá del baterista de su banda, Las aves de rapiña, ingreso al CUEC, donde “a las dos semanas” descubrió su amor por el cine.
“La fotografía se convierte en tu vida, es una manera de entender el mundo… se trata de sentir y captar emociones”, explicó el cinefotógrafo.