Las secuencias de El Padrino II entre Lee Strasberg y Al Pacino son memorables. Heyman Roth, el hábil mafioso (en la vida real, un judío) que intenta por todos los medios terminar con la vida y los negocios de Michael Corleone, a quien, entre otras cosas estafa. Para muchos, el mejor capítulo de la trilogía es justamente esa segunda parte, de 1974. Pero hay algo más que una gran dirección, un gran reparto y una gran edición en esa obra maestra de Francis Ford Coppola. Y todo comienza, parece increíble, en el Imperio austrohúngaro, para ser precisos en lo que hoy se llama Ucrania.
En noviembre de hace 118 años (1901) Ida y Baruch Mayer Strasberg tuvieron un hijo: Israel. Los Strasberg migraron, la raza llama, a Estados Unidos en la primera década del siglo, justo antes de que se viniera abajo una idea del mundo, como llama Joseph Roth a la Gran Guerra de 1914. Europa se preparaba para el reparto de nuevas fronteras, cuando Israel comenzó a interesarse por la actuación. Sin saberlo sería uno de los herederos de uno de los sistemas más trascendentales de la historia del teatro. Konstantin Stanilavski, nacido en 1863, en Moscú, reformaría las puestas en Rusia. Montó a Ibsen, a Gogol, a Chéjov y, desde luego a Shakespeare. El también llamado "Método" llegó a Estados Unidos por boca de Richard Boleslawski, quien se encargaría de enseñarlo a Strasberg, quien probaría suerte en Hollywood y en Broadway. Había un destino por cumplir y no estaba, necesariamente, en el mundo de la fama o en el repertorio de las grandes producciones de Los Ángeles. Strasberg pasaría a la historia —junto Elia Kazan— por la fundación de Actor Studio, de Nueva York, en 1947, cuando Pacino tenía siete años y Robert de Niro cuatro. Fue su director en 1951 y se convertiría en maestro, además de esos dos actores de ascendencia italiana, de Brando, McQueen, Nicholson, Newman y Fonda.
El Padrino, de Coppola, fue aclamada desde su estreno y es un souvenir del siglo XX. En los principales, Brando y Pacino comparten grandeza. Dos años después, en 1974, Coppola decidió realizar la segunda parte, en la que incluyó a Strasberg, a De Niro y a Pacino, un triángulo histórico en el que el maestro se sometía al diálogo con dos de sus más reconocidos alumnos. El éxito de la cinta propició, entre otras coas, que De Niro, que ya había trabajado para Brian de Palma, se convirtiera en un consentido de Martin Scorsese, un año menor que él. En 1977, Scorsese y de Niro causan conmoción al estrenar Taxi Driver. A la larga lista de éxitos entre ambos se suma The Irishman, con la que Netflix quiere postularse de nueva cuenta para arrasar en los Oscar. Y, otra vez, la mafia como telón de fondo.
Isarel Lee Strasberg murió en Nueva York a los 81 años. Siete años después, con la caída de El Muro de Berlín, se acabaría otra idea del mundo.
@ludensmauricio