“No lo puedo creer”, “Qué maravilla”, expresaron emocionadas las cineastas Fernanda Valadez y Astrid Rondero al recibir los premios principales del Festival Internacional de Cine de Morelia por Sujo, una historia que retrata la vida de un pequeño niño huérfano cuyo destino podría estar marcado por la violencia del país. La historia recibió el Ojo al Mejor Largometraje Mexicano, además del premio a la Mejor Dirección y el Mejor Guión.
“El cine es para eso, es para tocar las cosas que nos preocupan y que deben ocuparnos. Y eso es lo que queríamos hacer con Sujo, pensar sobre toda esta huella, toda esta herencia de violencia que estamos dejando a las generaciones más jóvenes y pensar también un poco qué debemos hacer como sociedad para tratar de ofrecerles un destino distinto”, comentó en entrevista con MILENIO Fernanda Valadez, codirectora de Sujo junto a Astrid Rondero.
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Con solo 4 años, Sujo es testigo del asesinato de su padre, un sicario del cartel, al llegar a la adolescencia, la violencia del narcotráfico irrumpe de nuevo en su vida. Esta historia que ha transitado por varios festivales internacionales como San Sebastián y llegó a Morelia para conquistar al Jurado encabezado por Alexander Payne. Además del Ojo al Mejor Largometraje Mexicano, la historia obtuvo el premio a la Mejor Dirección y el Mejor Guión.
“Es un sueño hecho realidad que te den un premio a la Mejor Dirección, es, es un gran piropo y como dices, hacerlo también en mancuerna, que es una relación creativa que ya lleva 16 años y que finalmente podemos, ahora sí, lo logramos como directoras, y que esto suceda es un sueño hecho realidad”, explicó Astrid Rondero, sobre la colaboración laboral con Fernanda Valadez, juntas dieron forma a otras historias como Sin señas particulares.
El Ojito a la Mejor Actriz fue para Diana Laura Di, por su trabajo en Violentas mariposas, una película de Adolfo Dávila: “muchas gracias, gracias a nuestra comunidad Queer, dedico este momento a las personas que diariamente se sienten perseguidas por los trastornos alimenticios y por las adicciones y a todas las vidas que son arrebatadas por una guerra que nos les da la vida de pelear, sin agua sin justicia, sin esperanza”.
En la terna de Mejor Actor, el Ojito fue para Andrés Revó, por su rol en Hombres íntegros, una historia de Alejandro Andrade: “a mis colegas actores, a Verónica Toussaint que en paz descanse, a todo el crew, las más de 300 personas que colaboraron. Quiero dedicar este premio a las víctimas de la violencia machista. A mis papás, muchas gracias por amarme tanto, soy fruto de su amor incondicional”, dijo el actor, casi al borde del llanto.
El FICM entregó una Mención Especial de Largometraje Mexicano de Ficción para Un cuento de pescadores, dirigida por Edgar Nito. El Premio del Público fue para La cocina, de Alonso Ruizpalacios. En la categoría de Documental Mexicano Li Cham de Ana Ts'uyeb. Mientras que el premio al Mejor Cortometraje Mexicano fue para Spiritum, de Adolfo Margulis.
La ceremonia de premiación concluyó con el discurso de Cuauhtémoc Cárdenas Batel, quien reiteró la falta de apoyo a la cultura: “queremos que los jóvenes dejen de ser el futuro de la patria, queremos que sean el presente de una patria y una matria. Ahora que inicia un nuevo periodo de gobierno, quisiéramos ver un impulso a la cultura. Que el IMCINE cambie de nombre y se llame Instituto para devolverle al pueblo lo filmado. Que el cine mexicano inunde las pantallas del país”.
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