A sus 64 años, el cineasta japonés Takashi Miike asegura que está cansando "del estilo 'light'" que impone la necesidad de llegar al gran público y por eso su intención es "volver al punto de origen", que en su caso significa incrementar la dureza de las escenas violentas.
"A medida que los presupuestos aumentan es necesario llegar a más espectadores y eso significa que la película tiene que tener menos violencia", lamentó este viernes Miike en el Festival de Cine Fantástico que se celebra en la localidad española de Sitges (noreste), donde presentó "Lumberjack the monster", un "thriller" bañado en sangre.
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Escenas violentas en su nueva película
Quizás en esta (nueva cinta) no hay escenas tan duras como en otras de sus películas, pero la historia empieza con una mujer que se quita la vida cortándose el cuello, rodeada de una cincuentena de niños muertos.
La segunda escena es un accidente de coche en el que el conductor también acaba decapitado y después aparece un monstruo que mata a sus víctimas con un hacha.
En los siguientes minutos la acción se relaja para presentarnos al protagonista, una abogado de éxito que interpreta la estrella de pop nipón Kazuya Kamenashi.
"El 80 por ciento de los personajes que aparecen en la película son psicópatas, pero no psicópatas estandarizados, sino que funcionan de forma distinta", aclaró el director.
Kamenashi recordó que cuando supo que tenía que interpretar a un asesino se preparó para escenas explosivas, pero Takashi Miike le explicó "que esa no era la idea, que buscaba algo más neutro, más tranquilo y pausado".
"Me interesa el drama humano del psicópata", indicó el director, un maestro del género, que tiene en su haber películas como "Audition" (1999), "Ichi the Killer" (2001) y "Gozu" (2003).
Kamenashi esperaba un rodaje duro en el que correrían ríos de sangre, según reconoció el intérprete en rueda de prensa, pero "todo fue muy tranquilo".
Takashi Miike y su trabajo a futuro
Miike trabaja en varios futuros proyectos a la vez en Corea, Japón y Hollywood, de los que todavía no puede hablar, aunque avanzó que "uno de ellos es una adaptación de una historia muy explosiva, idónea para el Festival de Sitges".
Pero también es probable que las otras películas que tiene en mente sean de géneros alejados del terror o el fantástico, porque a lo largo de su carrera ha tocado muchas teclas.
Miike es famoso por su alta productividad y ha habido años que ha dirigido más de siete producciones, pero ahora está ralentizando porque: "noto que mi ritmo vital es otro y tengo que seguirlo", aseguró.
Una bajada de ritmo que no significa que se sienta viejo, ya que, según afirmó, tiene el espíritu joven y ganas de volver a los orígenes, a lo que hacía cuando tenía treinta años.
CLG