Después de que pasó más de una década para su conclusión, el cortometraje "La Melodía Torrencial”, animada en técnica de stop motion, comienza a cosechar sus frutos al obtener tres premios, proyectarse en el Teatro Nazas en Torreón con una buena recepción, y al ser parte de la selección en múltiples festivales de cine.
Más aún, su director, productor y guionista, el cineasta José Luis Saturno, comentó en entrevista para MILENIO que su producto fílmico es parte de una gira que recorre el sur del país, abriendo las funciones de cine en comunidades indígenas y rurales a través de Ecocinema, que forma parte de El Caminar de la Vocera, gira itinerante de la campaña de la película “La Vocera”, dirigida por Luciana Kaplan.
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Para este ejercicio de comunicación a través del cine, se utiliza tecnología que se activa al 100 por ciento con energía solar, de tal suerte que llega el camión a las comunidades y a través de celdas solares captura lo que se requiere. Al caer la tarde se congrega a los habitantes y comienza el espectáculo al proyectar historias con un gran contenido social.
Pero antes de que todo esto ocurriera, en algún momento José Luis Saturno pensó que, como casi todos los proyectos independientes, La Melodía Torrencial podría estar destinada a no ser producida con el sello de Enjambre Hexagonal.
“Realmente es verdad, la mayoría de estos proyectos están destinados a no cumplirse pero la respuesta del público es algo que yo no podía prever y me sigue sorprendiendo conforme avanza la exhibición del proyecto".
“Yo en La Laguna no esperaba más de 50 personas y rebasaron las 500, la gente hizo suyo el proyecto y en muchos sentidos es suyo el proyecto, no podría estar más feliz que al ver cuando la gente disfrutó un buen momento, hubo muchos niños, disfruto esto conforme avanza”.
Saturno dijo que con este relato lagunero escrito en rima y con formato de cuento, se ha podido competir, contando hoy con cuatro calificadores al Óscar, una mención especial de la Muestra de Cine de Coahuila, un premio en Ciudad Madero, Tamaulipas, y uno más en la categoría de mejor animación en el Fantasia Film Festival de Montreal.
“Todo lo que ha llegado es bueno y estoy muy emocionado de ver qué es lo que sigue para el proyecto que nunca lo solté, realmente lo que sucedió fue que, aunque busqué patrocinio, apliqué a varios fondos de gobierno en Canadá, no los obtuve pero empecé a ahorrar y a ponerme algunas metas. Reuní al equipo de trabajo y comenzamos a ver los costos de la iglesia; otro año fueron la cabeza del personaje y las manos, y el otro el cuerpo, así pasaron cuatro años de preproducción”.
En cuanto a la solidaridad de su equipo, el cineasta apuntó que es intrínseca al artista y en especial, al talentoso. Además, él por su parte les ofreció propuestas, flexibilizando el trabajo en común acuerdo.
El tiempo de proyectar el filme en Torreón llegó y José Luis Saturno ya no tuvo que tocar puertas pues a través de una llamada telefónica le hicieron saber que el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE) estaba interesado en obsequiar una función dominical. More Barret le externó asimismo su interés de que fuera el Teatro Nazas el sitio para estrenar el cortometraje.
“Esto fue impresionante porque nos facilitaron a la prensa, el escenario, un equipo técnico fabuloso con el que estuve colaborando días antes de empezar. Al pensar que era un corto propusieron a un acordeonista antes del evento y pues yo les dije que sí, que por favor porque es una forma de beneficiar a otros artistas de la experiencia y al público mismo. Yo estuve fascinado, y no supe pero el acordeonista invitó a su amigo Erón, que es mimo y así se armó el proyecto”.
Fue así que se extendió el espectáculo presentando también el cortometraje de El mimo y la mariposa negra (2011) extendiendo el programa con una charla que el cineasta sostuvo con Alfredo Becerra.
“El objetivo primordial del proyecto siempre fue, el pensarlo como una experiencia divertida para quien lo viera. En cierta medida yo estaba intentando hacer un cuento de hadas que apelara al niño en el adulto y así terminamos convocando la parte más profunda del niño interior”.
Tras décadas de vivir en el extranjero, a Saturno se le pregunta cómo observa el paisaje lagunero. Y aunque su filme se concentra en la resiliencia, también aborda el cambio climático y una crisis hídrica con la cual el lagunero se puede identificar.
“Afrontémoslo, tenemos que reducir la sobreexplotación y eso comienza por planes para evitar el desperdicio y gran parte de la red está desperdiciando el agua. Más que en abrir nuevos pozos debemos pensar en qué manera podemos reparar. Y también reconsiderar el dejar que el agua regrese al lecho del río Nazas, necesitamos considerarlo muy seriamente porque es la única manera de recargar el acuífero y de revitalizar la flora, algo de la fauna, y recuperar el clima que solíamos tener”.
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