Demi Moore se convirtió en uno de los rostros más famosos de Hollywood cuando dio vida a Molly Jensen en Ghost: El Fantasma del Amor, la película número uno en taquillas de 1990. También la mejor pagada de su época cuando en 1996 recibió doce millones y medio de dólares por protagonizar la cinta Striptease.
Su talento y belleza marcaron grandes momentos del cine estadunidense y a sus 58 años, ha protagonizado más de 30 filmes, sin embargo, lo que pocos saben es que la historia más trágica que ha interpretado es la de su propia vida. En su libro autobiográfico Inside Out relata episodios de violencia sexual, excesos y adicciones que ha enfrentado en sus diferentes etapas.
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Una infancia difícil
Demi nació en Nuevo México en medio de un contexto adverso, sus padres eran adolescentes y tenían poca estabilidad que ofrecerle a la pequeña Demetria Gene Guynes, su verdadero nombre. Su papá era alcohólico y años después, ella se enteró que no era su padre biológico, a quien nunca conoció, mientras que su madre trató de suicidarse cuando ella era una niña.
"Recuerdo estar usando mis pequeños dedos para extraer las píldoras que mi madre había tratado de tragar de su boca mientras mi padre la mantenía abierta y me decía qué hacer. Algo muy profundo dentro de mí cambió, y nunca retrocedió. Mi infancia había terminado", comentó en entrevista con Harper's Bazaar.
Cuando Moore tenía 15 años fue víctima de abuso sexual de un conocido de su madre, a quién años más tarde culparía de haber cobrado 500 dólares por permitir el encuentro.
“Durante muchos años ni siquiera consideré que fuese una violación. Me convencí de que yo había provocado la situación. Me sentí obligada a hacerlo porque eso era lo que ese hombre esperaba de mí, lo que yo había permitido. Había cenado en su restaurante y me había llevado a casa después de clase en multitud de ocasiones, como si fuese un chófer particular. En mi mente de chica de quince años, me merecía lo que me había pasado”, escribe Moore.
La obscuridad del estrellato
A pesar de ser una de las figuras más exitosas del cine internacional, Moore padeció en privado aquellos primeros años de fama, cayó en el mundo de las drogas e ingresó a rehabilitación por primera vez.
"Al comienzo de mi carrera entré en una espiral de autodestrucción en la que no importaba el éxito que tuviera, simplemente sentía que no era lo suficientemente buena. Pensaba que no tenía ningún valor y esa senda autodestructiva me llevó muy rápido a un punto crítico, a una crisis real", dijo tras ser galardonada con el premio a la Mujer del Año por Peggy Albrecht Friendly House en 2018.
Fracasos amorosos
En más de una ocasión, la protagonista de Una Propuesta Indecente, se ha referido a su tortuosa vida amorosa. A los 18 años contrajo matrimonio con Freddy Moore a quien engañó aún antes de la boda.
“La noche antes de casarnos, en lugar de trabajar en mis votos estaba llamando a un chico que había conocido en el set de una película. Me escabullí de mi propia despedida de soltera y me fui a su departamento porque no podía enfrentar el hecho de que me iba a casar para distraerme de lamentar la muerte de mi padre.
Años más tarde se casó con el también actor Bruce Willis, con quien procreó tres hijos Rumer, Scout LaRue y Tallulah Belle Willis.
Su último matrimonio causó múltiples controversias, ya que su pareja Ashton Kutcher, era 16 años menor que ella. La relación duró ocho años y al romper, cayó una vez más en las drogas.
"Aspiré tanta cocaína que casi me abro un agujero en la nariz", aseguró.
Según sus propias palabras, lo importante ha sido continuar con su vida, razón por la que decidió publicar sus memorias. "Una historia de supervivencia, éxito y rendición así como de resistencia”.
BGHL