La tercera temporada de Divina Comida llegó a la plataforma de Max como un canto de amor a la cocina y un puente de conexión humana. Este 19 de septiembre el reality abre su segunda mesa a nuevos rostros que buscan convertirse en el mejor anfitrión.
“La cocina es una de las cosas que más me apasiona, me encanta hacer reuniones y recibir gente en mi casa. Cada vez que hay una reunión siempre está la expectativa de si les va a gustar la comida, pero aquí se formó una atmósfera increíble”, dijo Karla Díaz a MILENIO.
“Cada uno dio lo mejor y lo que es como ser humano, como persona, tuvimos oportunidad de intimar más, y eso fue lo que a mí me hizo pensar que había sido la mejor decisión”, agregó la cantante que hace unos meses anunció su salida de JNS por asuntos personales.
Karla Díaz, la nueva etapa de Divina Comida incluye en esta mesa a Melissa Robles, Alex Fernández y Paco Ayala, quienes coincidieron en que al final de cada encuentro, lo que permanece no son solo los sabores, sino las conexiones que nacen alrededor de la mesa.
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“Si alguien te abre la puerta de su casa y te trata así de lindo, es muy difícil fijarse en lo negativo”. Y es que, en Divina Comida, el acto de cocinar se convierte en un acto de fe, de abrir el corazón y confiar en que el amor servirá como el ingrediente más importante.
“La comida es un lenguaje de amor —agregó Melissa—, recibir a personas en tu casa y prepararles, no solo la comida, sino crear detalles para que las personas que están compartiendo la mesa contigo se la pasen bien, creo que sí fue algo que disfrutamos todos”.
De hecho, cada mesa se convierte en una oportunidad de abrir el corazón, “cuando fuimos a casa de Paquito Ayala, íbamos con mucha curiosidad, como del primer día de escuela, con una disposición de pasarla bien y de abrirnos y de conocer a los demás”, dijo Melissa.
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En Divina Comida, cada cena es una oportunidad para crear recuerdos y cada platillo dice mucho de quien lo prepara: “con Mel, vi a alguien muy sencilla, su comida fue reconfortante, con Paco hubo una onda de relajarse y Karla es la reina del detalle”, explicó Alex Fernández.
En cada episodio, la comida se transforma en algo más que un ritual; se convierte en un lenguaje con el cual se da rienda suelta a las emociones y vivencias. Los sabores son solo el principio de la historia: “Si la cagamos, perdón por adelantado, fue sin querer”, dijo Alex.
“Se nos olvidó que había cámaras, cuando nos decían: 'Corte', y nosotros seguíamos en la plática, perdimos la noción del tiempo, la pasamos hablando, neteando, conociéndonos y contando anécdotas como las de Paquito Ayala, que son maravillosas”, agregó Karla.
MGR