Mario Kreutzberger dice que actualmente, después de una época convulsa —que comenzó en 2019 con el estallido social en Chile, su país natal, y continuó en 2020 con la pandemia de covid-19— por fin se siente “al pie del cañón” para volver a los foros de televisión y seguir acrecentando la leyenda de su sobrenombre: Don Francisco.
El tiempo que el reconocido presentador de televisión pasó confinado no significó una pausa creativa, ya que aprovechó los meses en casa, junto a su esposa Teresa Temy Muchnick, para dar forma al libro Con ganas de vivir (Penguin Random House, 2021), en el que reúne memorias que van desde sus encuentros con mandatarios como Barack Obama y George W. Bush, hasta el día que finiquitó Sábado Gigante, programa televisivo que sostuvo durante 53 años.
“Fue una catarsis mía de contarle a la gente lo que me había ocurrido en los últimos 20 años, porque en esas últimas dos décadas me pasaron cosas muy importantes: se terminó Sábado Gigante un 19 de septiembre de 2015, hice un programa en Telemundo, se había venido el estallido social, hice la primera Teletón virtual y eso me permitió comentar otras cosas de mi vida personal”, reconoce el también filántropo.
La pandemia
Desde la sala de su casa, Don Francisco señala que, aunque ha tenido muchas cosas malas, la pandemia “tiene algunas buenas: me permitió reflexionar sobre mi vida, sobre mi situación como padre, hermano y esposo. Me dio tiempo para pensar todas esas cosas”.
Respecto a los tiempos previos a esta emergencia tan abrupta, prefiere dejarlos en el pasado y concentrarse en su presente y lo que viene: “No me siento prisionero mentalmente de nada. Todavía está por verse cómo la humanidad va a salir de esta pandemia. Creo que muchas cosas de la virtualidad que estamos teniendo se van a mantener”.
Otro aspecto que Kreutzberger resalta de estos últimos meses, es la reflexión que miles de personas, él incluido, han tenido en torno a reconocer y desaprender situaciones que en otros tiempos no se ponían en tela de juicio. “¡Imagínate, todavía tendríamos que andar en carreta! Si no nos fuéramos adaptando a la llegada del automóvil... Nos fuimos adaptando a esta vida, no podemos seguir usando un ábaco, tenemos que ir a todo lo moderno. En ese sentido, yo me he logrado adaptar bien a todas las épocas”, señala.
Sábado gigante
El primer sábado libre después de finalizar el programa de variedades que lo volvió un referente en América Latina y EU, “mi mujer me preguntó: ‘¿No sientes nada diferente?’. Y le dije la verdad: ‘No’. Le contesté que me fui tan contento; representé bien el trabajo, el talento, los sueños y las aspiraciones de muchas personas; por eso me siento bien. Creo que era el momento de dejarlo ir”.
Sábado Gigante empezó a transmitirse en Chile en 1952, aunque su impacto a escala mundial comenzó tras su llegada a Estados Unidos a mediados de los 80, fichado por Spanish International Network (SIN), actualmente Univisión.
Una de las principales características de su programa fue la cercanía con la gente, con toda: conversó con estrellas de la música y líderes políticos, y también le prestó el micrófono a las personas sin reflectores que acudían para contar sus luchas personales o sortear a El chacal de la trompeta, personaje que tenía la misión de eliminar a “los artistas que no tenían las condiciones en ese momento”.
“He tenido la oportunidad de conversar con todos los que he querido hacerlo”, expresa Mario, y revela que tiene una entrevista pendiente con el papa Francisco, “pero hasta ahora no se me ha dado”.
Con ganas de vivir
Don Francisco, que concibe la libertad como algo “esencial para realizar una vida digna”, asegura que aún tiene muchos sueños por cumplir. “Ahora voy a hacer un ciclo de 11 programas con CNN en Español”, indica.
Respecto a si cree en un más allá, dice: “Yo no conozco a nadie que haya vuelto. Creo que uno muere y ahí queda. Pero por si acaso, todo lo bueno y malo debe hacerse aquí”, de ahí sus Ganas de vivir. _