La carrera de Edith González, no se detuvo hasta el día que nos dejó, el 13 de Junio del 2019, hace ya un año. Eso lo dejó claro su propia hija en la carta que le escribió unos días después a su madre donde narraba, “Recuerdo que me decía algo así como, ‘la carta de resignación de un actor es la muerte´ y así fue”.
Todos quienes estuvimos en contacto con ella en las diferentes etapas de su vida y carrera los sabíamos. Pero las anécdotas que Álvaro Cueva nos comparte a partir de su cercanía y respeto, son dignas de la conmemoración de la vida que hoy recordamos.
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“Había algo que tenía Edith increíblemente hermoso, que yo creo que no se ha explotado como debería. Edith siempre tuvo un click mágico con las chavitas, con las teens. Las niñitas de esta edad siempre tuvieron con Edith una identificación muy padre, porque ella siempre tuvo un caracter muy jovial, muy juvenil, muy irreverente, antes que se pusiera de moda. Creo que si a Edith le hubiera tocado el TikTok, ella sería la reina. Por ahí hay unos videos de ella donde esta bailoteando con Luís Felipe Tovar. Siempre tuvo como esta magia juvenil. Siempre fue risueña, chistosa, traviesa”, relató Álvaro.
Y lo era. Incluso jugando en redes sociales con sus pelucas después de los tratamientos en contra del cáncer que la atacaba, mostraba una gran sonrisa. Y así, revisando todos sus clubs de fans, que son muchos, explicó Cuevas, hay varios que se mantienen activos y que en efecto, están compuestos por chicas muy jóvenes, dijo el crítico.
“Yo creo que para su hija Constanza ahorita deberá ser terrible, porque tiene la edad de las fans de Edith. Así como Yuya o estas 'chavitas' dando consejos de maquillaje”.
El crítico quiso hacer notar la jovialidad de Edith y lo mucho que las adolescentes se pueden identificar con ella tomando como ejemplo la carta que Constanza, su hija, le escribió y compartió para despedirse de ella.
“Mi mamá fue una persona formidable, era una excelente madre, nunca tomó como excusa su trabajo para no serlo. De pequeña, me acuerdo, que sin importar qué tan tarde o cansada llegara de trabajar, siempre me daba un beso y a la mañana siguiente no le importaba que la levantara a las 6 de la mañana para jugar”, escribió la adolescente.
Aunque para las nuevas generaciones esto sea incomprensible, hay que recordar que México fue el imperio de las telenovelas a nivel mundial y que por mucho, mucho tiempo Televisa tuvo un impacto con ellas que ni Hollywood ha podido ni podrá superar. Como bien acota Álvaro, no podemos olvidar que quien inició todo esto fue Edith González.
“Todo el mundo piensa que Los ricos también lloran fue la gran telenovela que abrió las puertas del mundo a Televisa, pero la verdad es que no fue así necesariamente. Por ejemplo Bianca Vidal (1982) fue el primer producto que la China comunista compró en el extranjero. Y El Tigre mandó a Edith a hacer promoción, para lo que ella se aprendió toda la presentación en Mandarín. Hasta el día en que la entrevisté sobre esose la sabía de memoria. Fue así que realmente, gracias a Bianca Vidal, (que tuvo mucho éxito) compraron Los ricos también lloran.
Imaginen esa experiencia para Edith, quien protagonizaba esta versión televisiva de la radionovela María Salomé y quien de pronto se descubrió a lado de jefes de estado, siendo celebrada hasta el otro lado del mundo.
“Según dijo Edith un día, les encantaba a los chinos porque ella era como ese estereotipo suelen amar, ya sabes, el de la princesa güerita con los ojos grandes, como animación japonesa. Y en ese entonces ella estuvo con las cabezas de gobierno haciendo la presentación y todo”.
Es bastante notable que aunque muchos no tenían la costumbre de ver telenovelas, los grandes clásicos en donde participó y que protagonizó Edith, sí son parte del catalogo de memorias de millones. Y cada década tuvo lo suyo.
“Yo divido la carrera de Edith en etapas. La primera es la de la niña buena. Esa etapa donde era buena, virginal, la etapa en la que estuvo precisamente en Bianca Vidal, Los Ricos, otra con Libertad Lamarque y Christian Bach, rosas, rosas los proyectos", dijo Cueva.
De acuerdo con Álvaro, su imagen infantil y de novela rosa se terminó al llegar Rosa Salvaje, de donde salió y entró Felicia Mercado, porque, sinceramente, no fue lo que le prometieron. Pero gracias a esta, su imagen y carrera dio un giro muy interesante,pues se convirtió en la mujer sexy.
Comenzó a tener escenas de cama y muy sensuales en una telenovela de Carlos Olmos que se llamaba Piel y canela. Ahí fue cuando hizo Aventurera y es la misma época en más o menos, realizó Corazón salvaje, "un proyecto muy sexy para su momento, fantasías de época", recordó el crítico.
Y luego en la etapa más noventera de las telenovelas su vida dio un giro muy divertido, según relató Cueva, pues realizó telenovelas como Las bravo. "Ella estaba ya en la diversión aunque eso sí, siempre fue mujer de teatro”, dijo Álvaro.
Constanza, a sus muy pocos años, tuvo la oportunidad de gozar mucho a madre, a quien en su momento le dedicó también estas palabras en su carta, “Me llevó a recorrer todo el mundo, Egipto, Galápagos, París, Londres, Cambodia, Vietnam, India, Perú, Colombia, Canadá, Madrid, por mencionar algunos, al igual que la República Mexicana. Recuerdo también cómo me enseñaba películas y, yo a ella, música. Cómo nos echamos 3 mil 500 veces La Novicia Rebelde, por ser mi película y cómo la hice ver El Resplandor y Psicosis y que, ella, era una miedosa”.
Y eso era Edith, madre devota, mujer de mundo, pero mexicana involucrada con su país hasta las entrañas. Con experiencias como esta, Álvaro lo describe mejor que nadie.
“Hay una cosa que es bien interesante. Tú sabes que en este país el clasismo es horrendo. Ella siempre fue rubia, y por ser rubia siempre fue víctima de todo lo que se dice de las güeras. Pero pasaba algo muy interesante porque sí, ella era rubia, pero era barrio. No tenía el menor empacho en irse a las quecas de la esquina, por ejemplo”.
Recordar a Edith es mucho más que hacer un recuento de sus éxitos profesionales. Hay que hablar de su activismo, a favor de muchas causas y por supuesto, apoyando fundaciones que luchaban contra lo mismo que ella: el cáncer.
Pero también fue una mujer informada, con opiniones claras, polémica y sin duda un personaje importante para definir el México del ayer y sus repercusiones hoy. Edith González no se limitaba, por ningún motivo al juego de la fama o la farándula. Así lo explicó Álvaro Cueva.
“Las grandes leyendas del espectáculo mexicano siempre han estado involucradas con la cúpula política. Por ejemplo, Cantinflas, María Félix, estos nombresotes siempre han tenido que ver con el poder. Edith era de esas, lo que sucede es que fue en nuestra generación. A muchos les llama la atención. Pero Edith estuvo involucrada cuando Andrés Manuel era Jefe de gobierno en la Ciudad de México y estuvo muy cerca de Vicente Fox. Era esta cuestión de ´Soy figura del espectáculo pero estoy muy involucrada con lo que está pasando en mi país, siempre comprometida con las causas sociales, los partidos y todo eso'. Ojo, es muy distinto por ejemplo a la figura de Angélica Rivera. Edith siempre fue una mujer pensante, Edith estudiaba, leía, convivía también con Carlos Monsiváis. Estaba en eso. Pero desde donde le correspondía. Ya no tenemos figuras así. Yo no veo, por ejemplo, a Irán Castillo con Juan Villoro, por ejemplo. Pero ver a Edith con Monsiváis era tan común como María Félix con Carlos Fuentes o con José Luis Cuevas”.
Hace un año nos dejó Edith González, pero sin duda siempre será recordada. No sólo como la figura que fue, sino como alguien que se reinventó, creció y nunca dejó de explorar la vida en toda la extensión de la palabra.
cjr