En la década de los 80 con temas como “Olvídame y pega la vuelta”, “A esa” y “Dímelo delante de ella”, el dueto conformado por Lucía y Joaquín Galán acaparó la atención del público, porque, además del contenido de sus letras, la interpretación teatralizada de cada canción les dio un estilo único, que será reconocido en noviembre por la Academia Latina de la Grabación con el Grammy a la Excelencia Musical, distinción que tiene “feliz y emocionados” a los hermanos, como comparte Lucía a través de la línea telefónica desde Buenos Aires.
El dueto también está “expectantes ante esa noche, que dedicamos al público, que es el que nos ha tenido arriba de un escenario por 37 años”. Aunque con su particular franqueza, la cantante destaca “que aún hay mucho por hacer, pues tenemos el proyecto de una serie de nuestra vida, una película y la grabación de nuevos temas”, además ella protagonizará el musical Hello Dolly! en Argentina del 8 de diciembre al 15 de marzo de 2020.
¿Cuál es el sentimiento ante este reconocimiento?
Fue un momento muy gratificante, obviamente que un artista, cuando está en esta profesión, se pone metas, al menos nosotros sí, ser buenos, coherentes con nuestro público, y uno se va olvidando de estas pequeñas o grandes cosas, como es este premio, que pueden venir agregadas, porque uno no está tan pendiente de que hay un grupo de gente que puede darte esta mención o no. Así que fue un honor, una alegría, un mimo al alma y como una inyección de vitamina y de energía para seguir adelante. Estamos muy honrados, porque es una premiación que viene de una entidad muy seria y para nada cuestionada. Así que para nosotros es un honor recibirla.
¿A quién le dieron la noticia?
Se comunicaron a nuestras oficina, donde siempre está mi hermano, así que se lo dijeron a él. Después me llamó por teléfono y al principio me quedé un poco callada, pero como lo noté serio y no era una cosa para inventar chistes, pues ya compartimos la felicidad de recibirlo casi a los 37 años de profesión, fue un momento muy especial.
¿Vinieron los recuerdos?
Sí, los momentos del primer álbum, cuando Joaquín componía ese tipo de canciones como “Olvídame y pega la vuelta”, y yo venía de mis clases de teatro. Él ya se había casado, recordé los ensayos y los primeros viajes, el entusiasmo que uno tiene a los 20, 21 años que fue cuando empecé yo y los 27 que tenía mi hermano. Recuerdo cada ciudad que íbamos visitando por primera vez, porque en aquel tiempo obviamente no había redes sociales, ni había esa televisión, que haces un programa y te ven por todo el mundo todo el día; recordé también cada llamada diciendo: ‘El tema “Olvídame y pega la vuelta” está número uno en México, en España, en Estados Unidos’. Recordé a mi familia, a mi padre, que nos apoyaba y repartía fotos nuestras canciones en el sanatorio, cuando ya estaba muy grave. Me vinieron a la memoria muchas cosas y el público. Creo que el público siempre ha sido el mayor defensor de nuestra música, el que más ha apoyado nuestra propuesta, y que nos da la posibilidad de estar arriba de un escenario. Así que se lo dedicamos a nuestro público.
¿Han logrado todos los sueños?
Nuestro objetivo siempre fue ir paso a paso,poniendo la energía en el momento, en nuestro siguiente espectáculo, en las canciones que grabamos, en el momento. Aquí y ahora, proyectos pueden haber muchos, como ahora que hay el de una serie de nuestra vida, una película, estamos por grabar canciones nuevas; o sea, proyectos siempre hay y tenemos la misma energía desde el principio, hay mucho por delante.
¿Cómo surge su estilo interpretativo?
Es un poco la mezcla de las dos vocaciones, la vocación de la música de mi hermano, y la actuación por mi parte, es esta mezcla, donde a las canciones dialogadas que componía Joaquín son como pequeñas conversaciones o telenovelas de tres minutos a las que se le agregaba ese temperamento de actuar e interpretar que yo estudiaba. Así creo que nuestro estilo es ese, interpretar canciones cotidianas, temas donde cualquier personas se puede sentir identificado, con letras conversadas, dialogadas y actuadas, un poco la mezcla de la música con el teatro.
Después de tantos años, ¿cómo se han mantenido juntos, equilibrar su vida personal con su profesión?
La hemos llevado muy bien, por supuesto, momentos de peleas, lógicas de hermanos, porque cada uno tiene su forma de pensar, su forma de ver determinadas cosas, han habido momentos de cortocircuito y distanciamiento temporal, pero siempre es más importante el afecto, el cariño y la hermandad y la relación fraternal que cualquier otra cuestión. Aquí no hay fisuras irreparables, así que la hemos llevado como nos han enseñado en casa, diciendo las cosas que nos pasan y tratando de salir adelante.
¿Cuál es la sensación ante la noche que los reconocerán con el Grammy?
Es un poco la mezcla de todo, de entusiasmo, de ansiedad, pero como que la profesión te da esta templanza de decir: “Tengo los nervios o ansiedad justa para poder disfrutarlo, sin que me prive de estar tan nerviosa que no lo disfrute”, pero efectivamente, el sentimiento más genuino que tenemos es agradecer a todos los que han aportado un grano de arena para que nosotros podamos tener un nombre y un lugar en la música.