El modelaje fue mi salvavidas´: David Zepeda

Entrevista

El protagonista de Vencer el desamor comparte cómo se impuso a los obstáculos que enfrentó en su carrera desde que salió de su natal Nogales, Sonora, “sin dinero y sin contactos”, siempre con la intención de convertirse en actor.

Continúa con su carrera en la música, compuso el tema “Un millón de caricias”, que se escucha en la telenovela. Especial
Ciudad de México /

A unos días de que termine la telenovela Vencer el desamor, David Zepeda agradece la oportunidad de tener trabajo en medio de la pandemia; situación que, si bien lo enfrentó a nuevas dinámicas, también le dio la oportunidad de “estar cerca de la gente”; objetivo que persigue desde que decidió dejar la estabilidad que le brindaba su carrera de abogado en Sonora, para buscar el reconocimiento del público como actor.

Han pasado más de 20 años desde que David cumplió a sus padres con su título de abogado, para emprender su sueño en Ciudad de México, en el que en principio “hubo muchas carencias”, pero ha ido logrando sus metas gracias a su tesón y a los ángeles que, dice, se le han presentado en la vida.

Al mirar hacia atrás en el camino recorrido siente nostalgia y también agradecimiento porque asegura que todo ha valido la pena. Actualmente, el efecto de su interpretación como Álvaro en la telenovela Vencer el desamor, que se ha colocado en los primeros lugares de rating, lo motiva a seguir adelante.

“Estamos muy contentos, muy bendecidos porque la gente ha seguido Vencer el desamor, que es un guion original y producción de Rosy Ocampo; una historia actual, muy vigente, que nos viene muy bien a estos tiempos, porque es esperanzadora y aleccionadora y los resultados lo dicen.

¿Cómo ha sido hacer la novela en medio de la pandemia?

​Con sentimientos encontrados; por un lado, con mucho agradecimiento de tener trabajo, salud, de haber tenido una terapia tan hermosa como es trabajar en lo que amas; y por el otro, difícil saber que hay mucha gente que no la está pasando bien, que ha perdido a un familiar o su empleo, es muy doloroso. También me siento agradecido y feliz de darles un poco de esparcimiento para que se olviden un poquito de sus circunstancias. 

¿Qué cosas te ha permitido hacer el aislamiento?

En realidad estar más en mi casa, tener más tiempo para pensar, para leer, para analizar, para desarrollar ideas, para ver qué contenido o qué información le metes a tu cabecita. Estar con mis perritos, tengo tres perritos rescatados de la calle. Te puedo decir que no me ha costado tanto estar en casa porque soy hogareño, la verdad lo disfruto.

Este personaje se suma a los que has realizado, que son muy versátiles; no te has casado con el bueno o con el villano. ¿Qué te falta?

El objetivo siempre ha sido que me lleguen personajes complejos, retos actorales, que no se parezcan, interpretar personajes distintos a los que he venido realizando. Y gracias a Dios ese ha sido el secreto de que los productores me llamen, saben que voy a entregar el corazón y a hacer un esfuerzo, un personaje distinto. Siempre me pongo en manos de los directores, y el objetivo se mantiene siempre firme y muy claro: sorprender al público para que disfrute, que lo atrape, porque son muchos atractivos y diferentes. Es el reto siempre.

¿Se ha cumplido el sueño del chico que salió de Sonora en busca de reconocimiento?

Desde luego que sí. Ha sido complejo, pero al mismo tiempo soy el más agradecido por las oportunidades que se me han presentado y de las personas que he conocido: directores, productores, incluso mis maestros de actuación, algunos compañeros que me han marcado gratamente en la vida; han sido ángeles para mí. Hubo momentos difíciles que me llevaron a pensar en renunciar al sueño.

¿Qué fue lo más difícil?

Yo no conocía Ciudad de México, no sabía dónde iba a vivir, no tenía ni un aval para rentar un departamento, solo conocía a dos personas, no tenía contactos. Empecé de cero con este sueño. Terminé mi carrera de abogado, tenía que estudiar actuación sin saber dónde vivir ni si me iba a ir bien. En Hermosillo ya estaba abriéndome camino, renunciar a todo de repente fue difícil; y luego cuando te das cuenta que somos muchos en la actuación, de que hay mucho talento, no es tan fácil. De repente me vi sin trabajo, sin dinero para comer, para pagar la renta, yo tenía un departamento mini, mini. A eso se suma que no te desarrollas como quisieras para tener continuidad, es frustrante, pero el reto se soluciona con paciencia y amor a tu trabajo. 

¿En qué momento supiste que querías actuar?

Siempre supe que quería estar en un escenario, contando historias o interpretando una canción. Yo quería venirme a Ciudad de México desde que terminé la preparatoria, pero mis padres dijeron: “Sí, termina tu carrera y luego intenta lo que quieras, porque una carrera te va a dar las bases para tomar mejores decisiones”. Y fue lo que hice, terminé mi carrera, se me empezaron a abrir oportunidades laborales como abogado; de repente, suena el teléfono, me invitan a un concurso de belleza, de modelaje, que organizaba Lupita Jones: El modelo México. Me hicieron una sesión de fotografía, y gracias a esas fotos me vieron para tener nuevo talento en Tv Azteca. Así fue como me invitaron a estudiar y actuar para sobrevivir, porque no tenía ingresos. Fui consiguiendo personajes pequeños en telenovelas mientras seguía estudiando. La primera novela que hice fue Marea brava, la grabamos en Puerto Vallarta, los protagonistas fueron Anette Michel, Héctor Soberón y Víctor González. 

¿La música está en receso?

En Vencer el desamor Fer Corona y yo compusimos un tema, “Un millón de caricias”, se lo propusimos a la jefa (Rosy Ocampo), y le encantó y lo puso como el tema de la pareja protagónica y para la salida, así que estoy muy agradecido.

¿Seguiste con el modelaje?

El modelaje fue mi salvavidas porque en ese momento de mi vida pude vivir de ello, en mi época de estudiante trabajé como modelo en Hermosillo y eso me ayudaba a sustentar mis estudios, luego cuando me vine a México hacía muchos castings, hice varias campañas. 


  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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