Lori Loughlin, estrella de la serie Full House, se entregó al FBI en Los Ángeles y comparecerá luego ante un juez, dijo la vocera de la agencia Laura Eimiller por el escándalo relacionado al soborno de prestigiosas universidades estadunidenses.
Loughlin y la también actriz Felicity Huffman encabezan la lista de medio centenar de personas acusadas en documentos dados a conocer en Boston, mismos que describen una maquinación con el objeto de engañar el proceso de admisión a ocho instituciones cotizadas.
Los padres sobornaban a entrenadores deportivos y otros empleados para lograr el ingreso de sus hijos a esas universidades selectivas.
Los fiscales dijeron que Loughlin y su esposo, el diseñador de modas Mossimo Giannulli, pagaron 500 mil dólares para que sus hijas ingresaran como miembros del equipo de canotaje de la Universidad del Sur de California, aunque ninguna de las dos sabe remar. Giannulli quedó en libertad el martes al pagar una fianza de 1 millón de dólares.
También el miércoles, un fondo de inversiones de Silicon Valley anunció el reemplazo de su gerente general, implicado en el escándalo.
Manuel Henríquez será reemplazado como CEO y presidente del directorio de Hercules Capital de Palo Alto, California. Fue arrestado en Nueva York el martes y liberado luego de pagar 500 mil dólares de fianza. Hercules dijo que Henríquez conservará un asiento en el directorio en calidad de asesor.
Mark Riddell, administrador de la IMG Academy de Bradenton, Florida, fundada por el conocido entrenador de tenis Nick Bollettieri y que se promociona como la academia deportiva más grande del mundo, fue suspendido el martes al ser acusado rendir exámenes universitarios como parte del plan.
Riddell no respondió a los pedidos de declaraciones.
En el centro del plan se encontraba el asesor de admisiones William “Rick” Singer, fundador de Edge College & Career Network de Newport Beach, California, dijeron las autoridades. Se declaró culpable y su abogado, Donald Heller, dijo que su cliente quiere cooperar plenamente con los fiscales. Agregó que está “arrepentido y contrito y quiere seguir adelante en su vida”.
Los fiscales dijeron que los padres pagaron gruesas sumas a Singer a partir de 2011 y hasta el mes pasado para sobornar a entrenadores y administradores que hicieran pasar a sus hijos por grandes deportistas y así mejorar sus posibilidades de ingresar. También contrataban a dobles de sus hijos para que rindieran los exámenes de ingreso en su lugar y pagaban a empleados para corregir las respuestas.
LACP