Eros Ramazzotti abandona concierto tras discusión con elementos de seguridad; "yo me voy"

El cantante se presentó en Madrid en un concierto en el que las quejas se hicieron sentir.

Eros Ramazzotti | Especial
Ciudad de México /

En un concierto puede pasar de todo y de todo fue lo que pasó en el más reciente concierto ofrecido por el cantante Eros Ramazzotti en Madrid.

Y es que cuando decimos que pasó de todo es porque así fue. Eros se presentó en el escenario del WiZink Center ante un público que se palpaba sumamente emocionado. Conforme iba avanzando la velada, el músico comenzaba a tener esa conexión mágica con sus seguidores a tal grado de casi cantarles al oído.

Después de algunas canciones, Eros comenzó con sus temas en español, lo que logró conectar aún más con el público, quien se puso de pie para vibrar con cada una de ellas. Eros se encontraba implacable y llamó a sus seguidores a acercarse a las rejas, lo que provocó cierta incomodidad en los elementos de seguridad que resguardaban el lugar.

Eros Ramazzotti (Foto: Especial)

Fue durante más de cinco canciones que los seguidores pudieron disfrutar al cantante a escasos centímetros, incluso algunos pudieron abrazar a Ramazzotti. Sin embargo, al ver la situación, la seguridad intervino e intentó acabar con toda la euforia.

Al ver esta acción, Eros se pronunció y lanzó: "Esto no es un problema para mí, déjenlos", dijo. Pero los elementos de seguridad hicieron caso omiso lo que provocó la furia del italiano.

Eros detuvo el show, la banda se calló, tomó el micrófono y dijo: "Para los de seguridad: la gente está aquí para divertirse, no para hacer nada. ¡Yo me voy!", y optó por irse a su camerino.

Luego de unos minutos, Ramazzotti volvió al escenario y pudo palpar la molestia del público, en especial de la parte de hasta adelante quienes se quejaban de la poca visibilidad que se tenía a pesar de los costos tan altos.

Finalmente, Eros exigió un buen trato para todos sus seguidores de parte de la seguridad. Acto seguido, los asistentes ya no se mantuvieron de pie y optaron por sentarse. Así continuó un concierto en el que la euforia fue contenida y el goce fue abatido.

"El problema de la seguridad es que no trata bien a la gente. Para mí, que se acerquen no es un problema. Si queréis que se sienten, debe ser sin tocarlos. Podéis hacer sentar a la gente, pero no así. Sin tocar, sin hacer nada más", terminó Eros.

DAG

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