Apenas unos minutos después de que se oficializa su ingreso a la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), Manuel Alejandro es felicitado por sus nuevos socios. Martín Urieta, Fato, Roberto Belester, Manolo Marroquín, Memo Méndez Guiu y José Alfredo Jiménez Jr., quienes secundan a Armando Manzanero, su presidente, y Roberto Cantoral, director, en darle la bienvenida y demostrarle el orgullo que les representa que se integre a su gremio. Le estrechan la mano y le dan un abrazo en signo de admiración.
Él luce feliz, y tan emocionado que tiene que tomar un receso antes de la entrevista en la sala de consejo, donde su esposa y sus dos hijas no lo pierden de vista.
Su sonrisa y actitud evidencian que todo está bien y que tiene muchas ganas de seguir haciendo historia , como la que ha hecho a través de temas como “Amar y querer”, “El amor acaba”, “Todo se derrumbó” y “Como yo te amo” que, en voces de José José, Emmanuel y Raphael, se han hecho clásicos.
Ahora el proyecto es “un musical con mis canciones, una gira con Armando Manzanero y un libro con mis anécdotas”, dice el compositor de 87 años.
¿Qué lo motivó a integrarse a la SACM?
Llevaba años como niño perdido en España y hubo este entendimiento estupendo con la presidencia de esta sociedad, de la que me he informado muchísimo y veo la labor tan grande que han hecho y que hacen, y no dudé en formar parte, que estoy seguro que mi repertorio va a hacer apoyado como nunca.
Pero, sobre todo, que me encuentro en la cuna de tanto ídolo mío de toda la vida, desde Agustín Lara hasta José Alfredo Jiménez, han sido mis ídolos de toda la vida desde España... Fui el primer Colón que llegó a México cantando o escribiendo canciones, con Raphael y con tanta gente de aquí.
Muchos de sus éxitos han sido interpretados por mexicanos, pareciera que su obra, que usted lo es…
Yo me he sentido muy mexicano siempre, no vivo en México desde el año 70, porque a una hija, la mayor, Alejandra, le sentaba mal la altura, entonces tuvimos problemas con su salud y nos tuvimos que ir. Así que mis canciones han sido escritas en España, pero han crecido aquí, la mayoría. Y muchas otras han nacido aquí, como las de Emmanuel, Manoella Torres, José José, incluso Luis Miguel. En México, me he sentido en mi propia y absoluta casa.
Usted decía que a los 25 años la materia empieza a desaparecer, pero la sensibilidad se mantiene, ¿por eso tiene tantos proyectos?
No hay duda que con los años, una vez cumplidos los 25, y haberse pasado de los 25 muchísimos años más, estoy ya en los 87, a cuatro meses (risas); la materia se muere, pero crece la sensibilidad, y al crecer siempre estamos con la emoción fácil, porque no nos hacen falta muchas penas para la lágrima, ni muchas alegrías para la sonrisa, con cualquier cosa, nos reímos o lloramos. Estoy preparando una comedia musical, basada en un título que le escribí a Luis Miguel, que se llama “Amor a mares”, es una comedia de amor absoluto, pero que empieza con una canción que le escribí a Emmanuel, que se llama “Detenedla ya” y de ahí pasan todos los temas famosos, desde “Amar y querer”, “Se nos rompió el amor” y “El amor acaba”.
¿Cuándo la estrenará, quién participa, dónde la montará?
Es posible que sea en España o aquí, si es en México se ubicará en el Palacio de Bellas Artes y La Alameda, de la que tengo un recuerdo desde el primer año que llegué, en el 67, cuando Raphael dio un concierto una mañana de domingo que fue multitudinario, que nadie ha olvidado, sería ahí donde se ubique ese “Amor a mares” o bien en España.
¿Hará mancuerna musical con Armando Manzanero?
Sería un dúo, pero ya como estamos sería “el dúo-deno inflamado”, sería muy bonito que nos pusiéramos cara a cara en un piano de cola a cantarnos y a decirnos nuestras verdades.
¿Qué lo inspiró para escribir su primera canción?
No lo sé, eso pertenece a la sensibilidad, pero eso no se va, ni se ha ido, al contrario, la sensibilidad crece, quizá debilitada, pero crece. Si supiera de dónde viene, en lugar de tener 400 o 500 canciones tendría mil 500 (risas), pero no sé de dónde viene, se pone uno a sentir y a escribir, y sale.
¿Tiene temas consentidos?
Hay una canción que nadie conoce, porque la canté yo (risas), estaba dedicada a mi madre, y se llama “Esa mujercita”. En ella hablo de mi madre, quien era bajita, es una de mis consentidas, aunque cada una tiene su momento. Es como las hijas, tengo cinco hijas mujeres, y a todas las adoro, y todas valen igual.
¿Sigue escribiendo mucho?
Escribo muchísimo, más que nunca, en el momento que termine esa comedia que estoy preparando, y el libro que escribo, que se llama Un escribidor de canciones, con mis anécdotas, mis inquietudes, mis elucubraciones sobre la vida y sobre el más allá. Comenzaré de nuevo a escribir canciones el tiempo que tenga libre, como decía aquella canción tan bonita “El tiempo que me quede libre”.