Experimento un renacer como persona y artista: Beto Cuevas

Entrevista

El protagonista de Jesucristo Súper Estrella habla de su experiencia al incursionar en musicales, de su gusto por desarrollar facetas como la pintura, de la madurez que ha alcanzado y de su intención de vivir la Navidad con gratitud.

El cantante busca que persista su esencia. Alfonso Manzano
Ciudad de México /

Beto Cuevas dice que recién superó la gripa, sin embargo, su rostro todavía refleja las huellas del padecimiento, pero eso no obstaculiza que el chileno comparta la satisfacción que le ha dado encarnar a Jesucristo en el musical que presenta Alejandro  Gou.

Es más, el cantante reta al malestar y habla del “crecimiento” que le ha dado el personaje en tan solo unos meses, durante la temporada que ha hecho en el Centro Cultural Teatro 1, donde hoy dará la última función de este año, para después reiniciar la temporada en enero.

Es precisamente en uno de los salones del teatro donde Beto reconoce que la madurez que experimenta le permite tener otra visión de la vida, que no solo quiere proyectar en la música y en la actuación, sino también en la pintura, como lo ejemplifica la portada de su disco Colateral, en la que comparte algunas de sus obras.

¿Qué te ha representado interpretar a Jesucristo? 

Ha sido un privilegio absoluto y una bendición. Interpretar un personaje como Jesucristo me ha dado un crecimiento musical como cantante, como actor; el arco dramático que tiene Jesucristo es envidiable, permite poner en la parrilla todo lo que tengo y eso es muy bueno.

Y la respuesta de la gente es un reflejo del trabajo arduo que hemos hecho todos los que participamos en esta obra, desde los bailarines, el ensamble y el elenco principal.

Más allá del esfuerzo profesional que implicaba dar vida a Jesucristo, ¿te demandaba algo en especial el personaje por ser quien es? 

Primero que todo, el subirme a un escenario a cantar no como Beto Cuevas, sino como Jesucristo, ya es un gran desafío; y luego viene toda la preparación, que es estudiar al personaje y hacer teatro musical, que no había hecho antes. Había hecho teatro, pero no musical; cantar y hacer que la gente entienda todo lo que está sucediendo es un desafío. Entonces, a mí me ha enseñado a ser mejor cantante, porque hay una forma distinta de cantar, aunque no me hayan pedido que lo haga muy operístico.

Dices que el personaje lleva al público a la historia que estás contando, a ti, Beto Cuevas, ¿en qué te gustaría que la gente te siguiera? 

En lo que hago, en esa intención de seguir abriéndome, de salir de mi zona de confort y hacer cosas nuevas, realmente eso es lo que enriquece los pasos de tu carrera y te permite en un momento dado, mirar hacia atrás y decir: ‘Wow, he hecho bastantes cosas y han sido muy interesantes y no me he quedado en la plataforma de confort’.

¿En qué momento llega Jesús a tu vida?

En el momento perfecto de mi vida, cuando había una necesidad muy profunda de hacer algo diferente y de crecer. Cuando uno ya no es el artista de 20 años pasa que la gente te percibe de una manera y las ofertas que tienen son solo para hacer a ese personaje o eso que la gente conoce de ti. Entonces, tener la oportunidad de hacer algo nuevo es maravilloso.

Eso es lo que me está dejando esa experiencia, procesos creativos nuevos que me van a permitir hacer mejores canciones, llegarle más al corazón a la gente. E incluso a nivel pictórico, la portada de mi nuevo disco, llamado Colateral, es una prueba de eso. Por primera vez no me pongo en el centro como objeto de arte, sino que ahora doy vuelta y muestro lo que veo, entonces son 69 personajes los que están en mi disco.

Tiene mucho arte y hay una influencia concreta y directa de mi experiencia en el teatro, que se ve y eso me puede llevar a exposiciones de arte, de pintura, por lo que estoy en una especie de renacer, como persona y como artista, donde voy a poder mostrar facetas que la gente no conoce de mí.

¿Diálogas con Jesucristo, le pides o te pide algo? 

Claro. Honestidad, humanidad y amor, eso es lo que he recibido. He podido desarrollar diálogos internos en los momentos en que el personaje de Jesucristo no habla, un diálogo con Dios y un monólogo interno donde yo, el personaje, se siente un poco frustrado porque lo están maltratando y él podría, en mi percepción, salvarse, solo diciendo que no o usando sus poderes casi de X-men para empujar a toda esa gente que lo quiere maltratar, pero la voluntad de Dios es otra y él se entrega a eso, y eso es parte de la grandeza, de la fe de Jesucristo, de esa conexión especial que tenía con esta fuerza superior llamada Dios.

“He estado desarrollando eso y eso le da una fuerza maravillosa a la interpretación de Jesucristo, me he puesto a pensar, qué habrá pensado cuando lo estaban maltratando, de dónde sacaba esa fuerza para decir: ‘sí, me están maltratando y a pesar de eso aquí estoy y lo voy hacer como una muestra de amor para la humanidad, eso a fuerza te llega al corazón y te cambia como ser humano, te hace crecer.

Está por llegar la Navidad y con ella el nacimiento de Jesús, ¿lo  celebras, tienes tradiciones?

Sí, la tradición es estar en familia, compartir y tratar de apagar los aparatos telefónicos y decirnos cosas lindas, amarnos, pero en esta Navidad voy a ir a la iglesia, no soy un gran practicante, pero soy un gran agradecido de las cosas buenas de la vida y este año debo agradecer de alguna manera. 

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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