Alan Estrada es un actor y youtuber, pero también es una de las poco menos de 300 personas en visitar los restos del emblemático crucero Titanic.
En entrevista con Yordi Rosado, el también conocido como Alan x el Mundo recordó cuando se convirtió en una de las 297 personas que han podido bajar a conocer los restos del famoso trasatlántico.
"Estaba la pandemia", recuerda Alan y relata que estaba pensando en cómo mejorar su contenido en YouTube. "Me mandaron un artículo sobre esta empresa que estaba haciendo viajes turísticos al Ticanic", agrega.
Según cuenta Alan, llenó el formulario y esperó a ver qué pasaba. Las cosas comenzaron a darse y logró tener una entrevista con Zoom, donde expuso el contenido que podría generar de esta experiencia y accedió la empresa.
Según recuerda Alan, tuvo que pagar una cantidad de 125 mil dólares, es decir, unos 2.1 millones de pesos mexicanos en la actualidad. El viaje, actualmente, tiene el doble del precio, 250 USD.
Según cuenta, hizo la transferencia y tenía un mes para arrepentirse y que le devolvieran el dinero. "Me costó trabajo, conseguí a los patrocinadores...", cuenta.
Pero Alan cuenta que la parte más compleja fue llegando a la fecha de llevar a cabo al expedición, donde se percató de los peligros a los que se exponía.
"Llega el día de hacerlo y me llega el release de lo que tengo que firmar de responsabilidades... y era una biblia", recuerda. "Me asusté mucho, (decía) que básicamente si te mueres, es tu pe**", cuenta Estrada.
Según cuenta, dentro de las responsabilidades expresaban que el sumergible era experimental y que no se había sumergido a esas profundidades, además de que podría causarle lesiones y hasta la muerte.
"Ahí sí dije 'estás arriesgando la vida'...", recuerda. "Pero rajarme me sale muy caro, rajarme no hay devolución", agrega.
Alan recuerda que se tranquilizó viendo el barco y la tecnología con la que contaba. Asimismo, que conoció a todos en la tripulación y que pudo ver la primera inmersión exitosa del sumergible.
Según cuenta, hubo complicaciones con el primer viaje, por lo que pospusieron el viaje al Titanic y le dieron la opción de realizarlo hasta el año siguiente. El mexicano regresó y pudo llevar a cabo la experiencia, como lo documentó en plataformas digitales.
"Estaba muy nervioso porque estaba consiente de que era algo muy riesgoso", recuerda.
Según cuenta, se dio cuenta que lo que hizo era "increíblemente riesgoso", pues una corriente o el quedarse atascado provocaría que se quedaran sin probabilidades de salvarse y tendrían que esperar a morir por asfixia.
Revela que les dijeron que le dijeron que iría al otro día. A las 6 de la mañana los citaron, para comenzar a descender a las 7 horas. Una vez en el fondo del mar, tuvieron que empezar a buscar el barco, pues no es tan sencillo verlo.
"Nos asomamos y sí es muy espectacular. Sí es un momento muy emocionante", asegura Estrada. "Ahí se me olvidó todo (...). Muy impactante y es casi casi como ver un fantasma".
caov