Arturo López Gavito, la creatividad disruptiva como forma de vida: "Estamos viviendo el nuevo momento de la música mexicana"

Al hablar de música, Arturo López Gavito se entusiasma; su voz se desenvuelve fluida y con un realce que hace a sus interlocutores o espectadores poner atención. En entrevista con MILENIO, el experto en el tema - por su experiencia laboral y, sobre todo, su pasión -, considera que, con el auge de los corridos tumbados y el crecimiento del reguetón nacional, estamos viviendo "el nuevo momento de la música mexicana".

El juez del reality La Academia acentúa que su afirmación no significa una predilección, sino un análisis que puede entenderse como reflejo del "bache" social actual: "México había sido la supremacía (en lo musical), pero empieza esta enorme crisis de corrupción y falta de gobernabilidad, y va a impactar a la realidad mexicana: nos volvimos un narcoestado. Entonces, ¿de qué quieren que hablaran los jóvenes en sus canciones?".

Sentado en una de las salas de la sede de la editorial Penguin Random House en la Ciudad de México, Gavito acentúa que el país está viviendo "un nuevo aire muy grande en la música", basta ver que hay muchos artistas jóvenes, no solo Peso Pluma, "que están vendiendo muchos boletos y están ganando mucho dinero con sus presentaciones en vivo".

"Los que están escribiendo los corridos tumbados están yendo más allá: están empezando a incorporar el urbano y la banda a este género, y esto se va convirtiendo en algo que no sabemos qué va a pasar, pero me parece un fenómeno social muy interesante", agrega.

Ahonda en el reguetón al asegurar que es "la realidad del pop de 20 años para acá". Y, partiendo de esto, critica a quienes lo desmerecen: "Creo que no tienen idea de lo que están hablando; puedes o no convivir con un género, pero me parece que el reguetón es ritmo y los niños crecieron con eso, y lo están disfrutando. No puedes pedirle a un niño que se ponga a reflexionar sobre las letras de reguetón porque es querer arar en el desierto".

El creativo, que trabajó para empresas como Warner Music y Virgin Records, destaca otros aspectos a tomar en cuenta para entender la industria musical actual: "Se terminó la hegemonía de las grandes disqueras" y "hoy día los consumidores de música difícilmente toman las decisiones".

"Estamos sucumbiendo ante los algoritmos, nos estamos rindiendo ante un teléfono celular para ver qué es lo que las plataformas nos quieren dictar", advierte. Sin embargo, hay 'sobrevivientes del algoritmo' - se cuenta como uno de ellos - que siguen eligiendo lo que quieren escuchar.

Esto lo lleva a reflexionar en lo errado que está quien cree que por tener un nuevo proyecto sonoro y dinero para impulsarlo, va a crecer de la noche a la mañana: "Aunque traigas una campaña de 10 millones de dólares para que triunfes, le cuelga, va a ser muy difícil".

"¿Por qué? Porque cada semana se juega un mundial: todos los viernes un producto mexicano va a pegar contra productos de todo el mundo en un lanzamiento de 600 canciones. ¿Quién te va a oír? Absolutamente nadie. Va perdiendo atracción la música nueva, salvo que sea de interés como esta cuestión de los corridos tumbados, que me parece interesante porque es la narrativa de la realidad nacional", detalla López Gavito.

Un libro que colecciona historias de vida

Considerado el primer mexicano en entrevistar al Beatle de la sonrisa afable, Paul McCartney, Gavito comenzó el 2024 con un nuevo logro personal: el lanzamiento de un libro.

Escribir El coleccionista de experiencias, obra donde recoge sus momentos y pensamientos más personales, le resultó al melómano "un proceso muy doloroso" porque "me confrontó, confrontó mis experiencias más oscuras".

"El libro me ayudó a cicatrizar muchas heridas, fue una especie de terapia, haber ido 100 mil veces al psicólogo. Es un ejercicio de mucha honestidad y, para ser honesto con la gente, primero debes ser honesto contigo mismo. Yo soy una persona que no carga lastres, pero revisitar es como decir ‘Chin, otra vez’", detalla.

En 300 páginas, divididas en 9 capítulos, el mercadólogo y mánager viaja a distintas épocas de su vida, y al exponerlas espera que los aprendizajes y errores sirvan como ejemplo para sus lectores.

"Mi esencia no ha cambiado: soy alguien que le gusta servir a lo demás, de ahí mi afición por la cocina. Soy alguien que está en una constante reconstrucción personal y alguien muy reflexivo de lo que pasa todos los días", resalta.

Una de las virtudes que Arturo resalta en su libro es el "aprender a escuchar", pues "si no tuviera buenos oídos, nada de lo que he vivido me hubiera servido para construir: no hubiera podido aprender de la música, no hubiera podido escuchar a personas de las que aprendí para bien o para mal, no hubiera podido trascender en la industria".

También ensalza la disrupción como forma de vida, y para ejemplificar esto rememora que cuando trabajó en Disney - como CMO y Vicepresidente de Mercadotecnia -, "era complicado ser creativo ante proyectos grandes, y aprendí a luchar, a defender a capa y espada mis ideas". 

"Soy disruptivo en todo lo que he hecho; toda mi vida, desde el primer día, he dicho '¿Por qué no le hacemos así si nos puede ir mejor?'. Hay a quienes les gusta vivir en la mediocridad, les da miedo salir de su zona de confort. Pero para llegar a un lugar hay muchos caminos diferentes, lo que tienes que hacer es tener creatividad".

"Históricamente, mi papel en los medios de comunicación y las empresas que trabajé fue de una incomodidad para los demás; la personalidad puede convertiré en algo que puede intimidad, y yo involuntariamente he intimidado a mucha gente a lo largo de mi vida. Esa esencia intentaron quitármela, intentaron pisotearla, y nunca lo consiguieron ni lo van a conseguir", añade.

El trabajo y el éxito 

"No sé hacer otra cosa más que trabajar", revela Gavito tras meditar sobre el concepto de 'éxito', al que define como algo "muy efímero", pues ha sido testigo de talentos que talentos, al ver que la 'pegan' una vez, entran a "una especie de viaje donde creen que su destino va a ser fantástico". Pero resulta lo contrario.

 Citando a uno de "mis grandes maestros", el cineasta Alejandro González Iñárritu - con quien colaboró en la radio -, el experto musical dice que "el éxito es un chicle, que lo masticas y lo masticas, se le acaba el sabor y lo tienes que escupir", Por eso, todos los días "tengo que empezar de cero".

"No puedo concebir la vida sin pasión, sin de pronto perder los estribos por estar contento, por gritar, cantar, abrazar. Sin pasión no hay vida, no hay creatividad, no hay buenos resultados; si detrás de ti no hay una flama que te mueve, creo que no estás viviendo de la manera correcta", comparte.

El trabajo es un tema que enardece a Arturo. Por ejemplo, rememora que cuando tenía una posición destacada en una disquera, "veía la silla en la que me sentaba como algo que no era mío, a diferencia de colega que creían que ellos hacían a la empresa". 

"Esa silla era prestada, un día se iba a acabar. Y desde ahí aprendí a hacer el bien a la gente".

Refuerza lo anterior asegurando que, en ese sitio que lo dotó de poder laboral, apoyó, promovió y, sobre todo, escuchó a sus trabajadores. "Por sobre los aumentos o promociones, a la gente en las organizaciones le gusta ser escuchada y que la persona que supervisa su trabajo los pueda comprender y apoyar en momentos cruciales de su vida. Eso no se olvida".

"Ahora no me falta nada en ningún sentido. Tengo mucho más, y no hablo de lo material, de lo que me imaginé", asevera.

Panoramas

¿Cómo es tu proceso personal cuando una agrupación o solista te cautiva? ¿Qué sientes en lo interno?

Conforme el tiempo fue pasando, mi oído se fue educando. Todo empieza cuando entra el primer sistema de cable en México y tuvimos la oportunidad de tenerlo y ahí llegó MTV, que se convirtió en un factor de referencia brutal. Estaba primero expuesto a los grupos mexicanos de pop, y luego a los grandes grupos de pop y rock que tenían videos. ¿Este cuate Michael Jackson quién es? ¿Cómo hace esos videos de 12 minutos con coreografía? Y luego volteaba a ver y aquí teníamos a Magneto, Mercurio, los grupo de Luis de Llano. Veía eso y no me daba emoción. Entonces, es una cuestión emocional lo que te atrapa cuando escuchas buena música de calidad, y a partir de ahí empiezas a adoptar diferentes canciones.

Coleccionista de experiencias. ¿Qué otras cosas atesoras?

Muñecos de Star Wars. Empecé comprando muñequitos chiquitos y hoy compro los hot toys tengo una sala en mi casa llena de esos muñecos.

Un coleccionista compra cosas para llenar vacíos. Al no tener ese tipo de muñecos porque no tenía el dinero para comprarlos en México, se me quedó el '¿Cómo lo puedo tener?'. Me acuerdo que frente a mi casa llegó una familia de ingleses a vivir, y este cuate tenía todos los muñecos de Star Wars, y yo tenía acceso a jugar con ellos pero no eran míos. Por eso, cuando empiezo a trabajar, lo primero que comienzo a hacer es comprarlos (los muñecos), también discos que no tenía.

¿Qué te provoca ver esta colección?

Me da alegría, felicidad, son piezas que realmente atesoro y comparto con muy poca gente; las personas que tienen acceso a esa colección son muy contadas en mi vida, porque cada una de esas figuras tiene una historia particular.

¿Cómo concibes a Dios?

Crecí en una casa tradicionalmente católica y siempre hablo de Dios no en el sentido católico, sino en el sentido de la fuerza superior a la que le doy gracias y me acerco. Le pongo como algo holístico, algo que te cubre y protege, pero con quien tienes que ser reciproco, y la única manera de eso es portándote bien con la gente, dándole oportunidades.

Has participado en programas tipo reality show. ¿Por qué crees que se mantienen tan vigentes en México?

Cuando piensas que algo intrínseco al ser humano es el morbo, las ganas de saber cómo está el vecino, entonces entiendes la cuestión de los reality shows.

Yo he participado en dos. Dentro de La Academia nunca he estado a favor de hablar de la situación personal de un participante: voy, hago mi trabajo y hablo sobre el trabajo de los jóvenes en el escenario. En MasterChef Celebrity me dediqué a cocinar y me importaba hacer el mejor platillo, ese fue mi objetivo y lo logré.

Las fórmulas se van repitiendo, se van repitiendo los perfiles. Lo que no deja de llenarse es el ocio de la gente por ver cómo está viviendo alguien y el deseo de ver que a alguien le vaya mal en la vida, ver la desgracia ajena. ¿Qué quiero ver? Sangre, como pasaba con los romanos, pan y circo.

Por último: ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?

El amor es entregarte, es hacer de comer. Quieres a alguien, prepárale algo delicioso, pero marina la experiencia; no solo hagas un gran platillo, dale música, dale algo rico, preséntale una mesa bonita, una experiencia completa.

Hc