Veronica Castro es una de las máximas exponentes de la televisión mexicana, pues mediante sus trabajos en la actuación y conducción se ganó el cariño del público así como el reconocimiento y fama internacional.
Durante un par de años se mantuvo alejada de Televisa, empresa donde inició su carrera, pero no por falta de talento, sino por exceso del mismo, pues luego de que la compañía le pidiera detener por un tiempo actividades para no sobreexponer su imagen, ella recibió ofertas laborales en Argentina e Italia que más tarde no le permitían regresar a nuestro país, hasta que “El Tigre” Azcárraga la trajo de vuelta a cambio de un buen contrato.
La realidad es que su belleza, talento y profesionalismo la colocan actualmente como una de las divas de la pantalla chica; sin embargo, aún proviniendo de una familia artística donde tías y abuelas ya se desenvolvían en el medio, ella nació bajo condiciones económicas precarias, con una madre soltera que intentaba criar a cuatro hijos a la vez, requiriendo de su apoyo para sostener el hogar.
Inicios de la carrera de Verónica Castro
Durante una plática con la periodista de espectáculos Pati Chapoy, Verónica Castro compartió un poco sobre sus inicios en la industria, destacando que a los 14 años pidió a Pedro Luis Bartilotti que fuera su padrino de cumpleaños número 15, solicitando como único regalo una beca para estudiar.
Para ese momento Televisa era la única compañía de entretenimiento en México y la más importante de América Latina, por lo que acudió a sus instalaciones para pedir una oportunidad de “lo que fuera”. Un día, mientras transitaba por los pasillos, fue vista por Raúl Velasco, la figura más importante de la televisión del siglo pasado, quien le preguntó cuál era su talento.
“A veces canto, a veces bailo, a veces hago comerciales, hago cabina, doblaje, lo que se ofrezca, señor”, respondió.
Rápidamente fue del agrado de Raúl por lo que le dio una tarjeta y le dijo que estaba próximo a comenzar un programa que llevó por nombre ‘Siempre en Domingo’, además, el era encargado de la dirección general de ‘El Heraldo de México’, que a su vez organizaba el concurso de belleza “El Rostro”.
Le pidió ponerse en contacto con sus colaboradores para que le tomaran fotografías dada su belleza, a lo que ella accedió sin saber siquiera de que trataba el concurso. A una semana de su celebración, El Heraldo le informó que ella fue la ganadora para la edición de 1970, por lo que comenzaron los preparativos para presentarla al público, mismos que incluyeron vestuario por el diseñador Valdés Reza, encargado de vestir a María Félix, ‘La Doña’.
Ahí mismo se enteró que la misma María estaría presente en la fiesta de premiación.
“¿Qué quieres de regalo?”, le preguntaron.
“Ay, que sea mi madrina, si esta ahí que sea”, respondió Verónica.
Las palabras que María Félix le dedicó a Verónica Castro
Finalmente, tras ser presentada la sociedad como el rostro más bello, fue llevada con María Félix para conocerse, recibiendo por parte de la Doña unas breves y únicas palabras que rueda hasta la fecha.
“Eres muy bella, ojalá lo sepas aprovechar”, le dijo Marías Félix a Verónica.
“Fue todo lo que me dijo, y se volteó (…) es una madrina medio seca, pero bueno, ya me dijo algo, ya me volteó a ver”, relató Castro a Pati Chapoy.
FM