La telenovela colombiana Betty, la fea es muy querida en México a pesar de que se transmitió hace varios años en televisión abierta, basta ver que desde que se subió a Netflix no ha salido del top 10 y las referencias a dicha producción siguen inundando las redes sociales.
Aunque la realización de esta producción, que fue creada por Fernando Gaitán, no fue del todo fácil para sus actores, así lo reveló el responsable de dar vida a Don Armando, Jorge Enrique Abello.
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A través de un video que subió el pasado 22 de enero a su canal de YouTube, el actor contó qué fue lo más difícil de rodar la telenovela, que se transmitió por primera vez en Colombia del 25 de octubre de 19992 al 8 de mayo de 2001.
"Grabar en la sala de juntas de Ecomoda, en el estudio, era el infierno, sobre todo las primeras veces y les voy a contar por qué: Fernando Gaitán, nuestro escritor, quiso que hubiera una realidad en cuanto a todo lo que se estaba hablando del mercado, de la industria, de la moda, de todo el aspecto financiero", recordó Abello.
Para el creador de Betty la fea "era muy importante para los espectadores, especialmente para los que conocen la industria, que supieran que lo que estaba pasando contenía verdad, era verosímil".
"Lo primero que hay es una cantidad de cifras y procesos financieros para ver cómo funciona Ecomoda. Yo tenía en ese momento 29 años, solo había estudiado actuación y comunicación, no tenía idea de las finanzas, pero me lo tenía que aprender y tenía que decirlo como estaba en el libreto para lograr esa verosimilitud. O sea, si me equivocaba en una coma o punto, si decía la palabra que no era, todo iba a ser terrible, todo iba a ser un error", agregó el actor.
Jorge señaló que grababan durante "14 o 15 horas y llegábamos a casa en la noche a aprender estos parlamentos que eran complejísimos, complicadísimos".
Además, recordó que en las escenas de junta directiva al principio iba María Beatriz, "un personaje que la denominaban en el guion el transformer porque siempre se estaba operando, haciéndose cosas. Ella tenía un ritmo muy particular al ritmo que teníamos todos dentro de la escena: llegaba gritando, alborotando, rompía todos los esquemas. Hugo Lombardi se conectaba a esa locura y enloquecía con ella.
"Por otro lado, Mario Rivero nos marcaba un deseo interior de entender emocionalmente todas esas cifras que no entendíamos racionalmente, entonces el nos marcaba 'Usted está diciendo que preparo una utilidad, sé que no lo entiende pero va a decir todo este tiempo que usted puede, ese es su dialogo interior'. Entonces tocaba hacer algo que en la actuación es bien difícil, duplicar la emoción".
Cuando Abello ya casi lograba este nivel de actuación, entraba María Beatriz y "rompía el ritmo y yo quedaba loco. Todos quedábamos cortados porque rompían tanto el ritmo, pero su personaje estaba perfecto, el ritmo de ellos alteraba la escena, que eran lo que buscaban el director y el escritor, pero eso a mí me enloquecía por tratar de decir los parlamentos exactos.
"Cada vez que había sala de juntas nosotros temblábamos, nos daban ataques de risa, el director nos regañaba, alguien se estaba retrasando... Era caótico", concluyó el actor detrás de Don Armando.
yh