Brincos Dieras recuerda que cuando empezó a maquillarse "se me hacían llagas en la piel"

Charlando con 'La Cotorrisa', el comediante recordó que en sus inicios "no sabía hacer nada, nada más iba y presentaba la piñata, ayudaba a meserear y les daba el pastel".

El comediante de Monterrey / Facebook
Ciudad de México /

Brincos Dieras fue invitado al más reciente capítulo de La Cotorrisa, que conducen los standuperos Ricardo Pérez y Slobotzky, donde, además de reaccionar a las historias extrañas de los espectadores del programa, contó algunas historias personales.

Por ejemplo, en los primeros minutos de la emisión el comediante recordó que le costó trabajo aprender a maquillarse como payaso, porque "se me empezaba a partir la piel”.

¿Cómo fueron los inicios de Brincos Dieras como payaso?

El humorista regio recordó que tras debutar como payaso en un evento de una iglesia, un amigo lo invitó al cumpleaños de su hija. 

"Yo voy, nada más me das para las Cocas, tengo un traje y me llevo la guitarra, cantaba Las mañanitas con la guitarra", relató Brincos Dieras.

Reconoció que en ese entonces "no sabía hacer nada, nada más iba y presentaba la piñata, ayudaba a meserear y les daba el pastel".

"Él fue el primero que me dio como unos 30 pesos y después en la colonia ‘Vente, te doy 90 pesos’. Me empezó a gustar, me divierto y me pagan".
Brincos Dieras (Especial).

Los primeros shows infantiles a los que acudió "eran cerca de la colonia, eran en la calle, yo me iba caminando. Y echaba desmadre, cuando empecé traía calzones, bikinis en una maleta, yo sacaba todo eso; yo no sabía cómo se hacía un show infantil y sacaba eso, les ponía tutu y los ponía a bailar".

¿Cómo aprendió a maquillarse como payaso?

"Aquí había payasos, pero nunca fui a un circo, nunca vi qué hacían, nunca vi nada. Y los payasos que llegué a ver en la colonia cantaban canciones y de ‘Tráiganme un llaverito, un zapato’, y yo lo llegué a hacer también", reveló.

Entonces, en una ocasión se preguntó: “¿Cómo me voy a maquillar? Porque quiero maquillaje”.

“En los centros de cualquier ciudad siempre hay payasitos haciendo shows y fui con uno, bien maquilladito el vato, bien bonito que se miraba de la cara, y le digo ‘Qué onda compadre, enséñame a maquillarme’, y me dijo ‘No, yo te cobro 500 pesos’”.

Como esa cantidad se le hizo mucho dinero, Brincos le preguntó dónde compraba sus pinturas, pero su colega lo evadió diciendo: “Esas las hacemos nosotros”.

Pero esto no desanimó al comediante: "Empecé a comprar maquillaje de mujer para maquillarme, era el lapicito para las sombras. Había un colorete blanco para las ojeras y me lo ponía en toda la cara, luego me ponía un lapicito de color y se me empezaba a partir la piel, se me hacían llagas, me ardía, siempre traía el hocico rojo, me quemaba”.

"Sobre la marcha te van diciendo ‘Échate talco, ponte este maquillaje’, hasta que ya empecé a formar la imagen y se quedó para siempre", zanjó.


hc

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