En Sears Perisur, alrededor de 120 personas aplaudieron y mostraron su emoción en una fila para estar frente a su ídolo, Paris Hilton, quien les estampó su rúbrica en la caja de la fragancia Platinum Rush, por la que tuvieron que pagar mil 400 pesos, aunque para ellos no es un gasto, sino un sueño cumplido.
La sencillez de la empresaria es tal que incluso aceptó tomarse selfies con gente que no compró su perfume y convivió con ellos durante varios minutos, los abrazó y provocó en algunos incluso lágrimas de euforia, lo que Hilton agradeció al aceptar que nuestra capital es una de sus favoritas en el orbe.
“Estoy feliz de estar de regreso en Ciudad de México, que es uno de mis lugares favoritos en el mundo. Chicos, ustedes son geniales, amo a mis fans de aquí, ha sido un viaje maravilloso, quiero agradecerles a todos por haber venido hoy, por apoyarme tanto durante los últimos 17 años, en los que he trabajado tan duro en mi marca y producto. Los amo. Gracias por venir”, expresó Paris.
Uno de los cientos de seguidores presentes era Annya Mocoroa, quien hizo su mayor esfuerzo para parecerse a la socialité, en su atuendo y cabellera. La joven de 23 años ha seguido a la heredera en todas sus visitas y ha tenido contacto con ella a través de Instagram, en donde dice que se muestra humilde y acepta un trato directo.
“Llegué desde las cinco de la mañana, porque tengo que ser la primera, la amo, porque es una persona humilde, linda, es un alma hermosa y le doy gracias al universo de que esté aquí. Me encanta que haga este tipo de eventos, para que la gente pueda conectar más con ella, porque pueden pensar muchas cosas, pero es un pan de Jesucristo”, dijo Mocoroa.
Desde su llegada, pasadas las 17 horas, proveniente de entregar juguetes en el Estado de México con la iniciativa Un kilo de ayuda,
Hilton se mostró amable y conocedora de su negocio, posó como solo ella sabe hacerlo para las cámaras, para luego dedicarse a firmar y mostrar su mejor sonrisa para las fotografías con sus Little Hiltons.
LLG