El pasado 12 de diciembre se conmemoró el primer aniversario luctuoso de Vicente Fernández. En honor a El Charro de Huentitán se oficiaron dos misas en el rancho de Los Tres Potrillos, a la primera de ellas asistieron los familiares del cantante, entre los que se encontraban sus hijos, Alejandro, Vicente Jr. y Gerardo, y su viuda, María del Refugio Abarca Villaseñor.
Al finalizar el acto religioso, Doña Cuquita -como es conocida en el medio artístico- habló con la prensa sobre cómo se encuentra a un año del fallecimiento de Vicente Fernández, con quien estuvo casada por más de 50 años.
Cuquita, quien se mostró muy conmovida durante la misa, afirmó que está más fuerte que nunca y señaló que su buen ánimo no ha disminuido pese a la partida de su esposo.
"Hay que echarle ganas, no me voy a decaer porque él no va revivir, entonces para que me busco problemas, yo no me voy a buscar problemas, de ningún modo".
Mencionó que aunque Vicente Fernández ya está en este plano, lo lleva siempre presente en su memoria y contó que suele escuchar música las 24 horas del día en su honor.
"Ni ausente lo siento, todo el día le tengo música, todo el día, desde la mañana hasta en la noche hay música".
La mamá de El Potrillo comentó que ha llevado una vida serena desde su juventud: "Siempre he estado en paz, siempre he sido tranquila, yo nunca fui revoltosa, nunca fui metiche, nunca fui nada".
Cuquita comparte cómo recuerda a Vicente Fernández
La viuda de Vicente Fernández compartió que le reza al cantante en su tumba diariamente a una hora muy significativa para ella.
"Es rezarle un rosario diario aquí a las 5 de la tarde, todo el año y toda la vida se lo voy a rezar. Me acuerdo que más o menos a las 5 de la tarde lo sepulté, entonces me parece que sí tiene un significado que a las 5 de la tarde yo venga a rezarle aquí a él".
Añadió que busca la manera de recordar al cantante tomando las bebidas que le gustaban.
"Tomarme una cerveza con él era lo único que hacía, una porque me emborrachaba. Yo no tomo tequila, no tomo nada de alcohol, entonces una cerveza chiquita me la tomaba con él y (me decía): 'tomate otra', (le respondía) 'no porque me emborracho'".
amt