"Quise ayudar a mi mamá": Eduardo Yáñez recuerda que vendía gelatinas cuando era niño

Eduardo Yáñez recordó su niñez y mencionó que durante un tiempo vendía gelatinas en la calle para ayudar a su mamá.

Eduardo Yáñez recordó que tuvo una infancia complicada (Instagram).
Ciudad de México /

Aunque en los últimos años Eduardo Yáñez ha estado involucrado en la polémica debido a sus conflictos con los reporteros, el actor se ha mostrado sensible cuando habla de su mamá, quien falleció hace un año. En esta ocasión, el histrión recordó su niñez y que durante un tiempo vendía gelatinas en las calles.

Eduardo Yáñez asistió como invitado a Montse & Joe, fue ahí que recordó que cuando era niño vivió en una colonia cercana al Aeropuerto de la Ciudad de México y que para ayudar a su mamá decidió vender gelatinas.

“Yo vendía (gelatinas), estábamos chavos y ahí en el barrio, en la colonia Pensador mexicano. Las primeras eran a las 7 de la mañana, una señora las hacía y éramos un grupo de cinco chavos, cada quien agarraba su tanda, ibas y las vendías, regresabas y con ese dinero te daban las paletas de 11 de la mañana a 1 de la tarde”, recordó.

Eduardo Yáñez contó que su mamá trabajaba en la cárcel de Lecumberri y que pasaba momentos complicados, por lo que el actor trató de ayudarla.

“Desde chico quise ayudar a mi mamá porque veía las chingas que se ponía. Mi mamá fue celadora de Lecumberri, mi abuela la metió ahí a trabajar, pero mi mamá subió rapidísimo, se hizo capitana y mi abuela se quedó de cabo, ella metió a mi mamá a trabajar”.

Por otra parte, el actor, quien recientemente fue intervenido quirúrgicamente por segunda ocasión por piedras en los riñones, dijo que hubo ocasiones en que su mamá y abuela lo llevaban a la cárcel y se quedaba a dormir en ese lugar.

“Ahí me llevaba y me quedaba yo a dormir los días que trabajaban y después dormíamos en otros lados”, mencionó.

Finalmente, recordó que siempre ha sabido cómo defenderse, en especial de niño ya que cuando trabajaba había niños que le querían quitar el dinero que ganaba, incluso comentó que su mamá era muy estricta con él.

“Siempre había chavos en la otra cuadra que te querían bajar el dinero, ya una vez que te lo habías ganado. Teníamos que defendernos, no había otra manera más que a golpes. También, la disciplina en mi casa, mi mamá la implantaba a golpes, siendo celadora en la cárcel, tenía un carácter muy fuerte y su manera de educarme era a golpes”.




PJG

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