Eiza González conoció a Guy Ritchie en Londres a través de amigos. Ella era fan del trabajo del director, él no conocía el suyo. Esto no impidió que, una semana y media después de este encuentro, González tuviera en sus manos una oferta para la siguiente película de Ritchie, The Ministry of Ungentlemanly Warfare, a pesar de que tal papel estaba escrito para una actriz inglesa. Una mezcla de atrevimiento y disciplina parece guiar la mayoría de las acciones de la mexicana; y le está funcionando.
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Se conecta a nuestra entrevista en camino al aeropuerto. Debe tomar un vuelo a Canadá para grabar una comedia con James Marsden y Vince Vaughn. Su agenda está completamente llena. Este año, además de su película con Ritchie, estrenó una serie de ciencia ficción creada por David Benioff y D.B. Weiss, 3 Body Problem, y otra más en la que actúa junto a Diego Luna y Gael García Bernal, La Máquina.
“No paro. No me gusta quedarme estática”, dice riendo.
En esta conversación para M Revista de MILENIO, González demuestra que estar en el lugar correcto en el momento adecuado solo resulta en éxito si, a través del trabajo duro, estás preparado para la oportunidad.
¿Qué parte de tu herencia mexicana llevas contigo en todo momento?
Llevo siempre la disciplina que aprendí en las telenovelas. No salir, dormir temprano, memorizar las líneas y estudiar constantemente son lecciones que se adquieren desde muy joven. Es algo que quedó marcado en mí desde joven. También llevo conmigo las enseñanzas de mi papá. Era estricto y creía firmemente que la educación podía cambiarme la vida. Además, mientras más tiempo paso fuera de México, más agradezco mi cultura. No soy americana. Soy mexa al cien por ciento y eso nunca dejará de estar presente en mi vida.
¿Cuál es un buen comienzo para alguien que quiere estudiar actuación en México?
El arte es una expresión personal, mi principal recomendación es nunca dejar de aprender y buscar lo que a ti te inspire. Así, cada vez que surge un nuevo proyecto, estar preparado. No es necesario empezar de cero. Cuanto más aprendas, más oportunidades vas a tener.
¿Cómo eliges tus papeles?
Me interesa diversificar, puedo hacer de todo, sin problema. Cuando elijo un proyecto, considero el libreto, si el personaje es algo que no he hecho antes, o el equipo creativo detrás de la película. Por ejemplo, en 3 Body Problem, trabajar con D.B. Weiss y David Benioff después de que hicieran Game of Thrones me emocionaba mucho. Los personajes que elijo me desafían, incluso me hacen dudar de si soy capaz de interpretarlos. Esos retos constantes son los que busco en mi carrera.
¿Qué piensas de la ciencia ficción como vehículo para abordar cuestiones sociales?
Eso fue exactamente lo que me llamó la atención de 3 Body Problem. Me encanta cómo se entrelazan la fantasía, la ciencia ficción y las relaciones humanas. Mi personaje es muy poco simpático en la primera temporada, y eso me gusta, porque desafía la necesidad de agradar a la audiencia, algo que sentía mucho al inicio de mi carrera.
En La Máquina, interpretas a Irasema, una periodista deportiva. ¿Cambió tu visión del periodismo en México?
Definitivamente. Mi personaje es muy complejo, es la ex esposa de un pugilista en decadencia, que ha dedicado su vida a ser madre. A lo largo de la serie, descubrimos su conexión con el periodismo, un sueño no cumplido.
Es una mujer dedicada, lo que me parece muy interesante, porque funciona como un análisis de las mexicanas que se dedican por completo a su familia y se retiran de sus propios sueños. Aquí la encontramos en una reconexión con su identidad, involucrada en una carrera machista y misógina. Lo que me gustaba del personaje es la posibilidad de representar a muchas mujeres en el mundo del periodismo, especialmente en el ámbito deportivo.
¿Cómo convenciste a Guy Ritchie de que te diera el papel de Marjorie Stewart, a pesar de no ser inglesa?
Lo conocí en Londres a través de unos amigos. Él estaba haciendo castings para The Ministry of Ungentlemanly Warfare. No me conocía, le mencioné que había leído su guión y que me fascinaba. Me dijo que el papel debía ser interpretado por una actriz inglesa, a lo que respondí que podía hablar con el acento correcto. Y así, con grandes agallas —como le dije a mi madre—, empecé a hablar con acento inglés. A la semana y media me llegó la oferta de la película. Creo que él me respetó mucho por el hecho de que fui tan atrevida. La gente respeta a aquellos que tienen el deseo de aprender y crecer. Ya llevo tres películas con él, y seguramente no será la última. El siguiente año se estrena In The Grey, que hice con Jake Gyllenhaal y Henry Cavill. Es muy old school, llena de diálogos rápidos y situaciones complejas. Me he dado cuenta de que he estado en muchas películas de acción sin hacer realmente escenas de acción. Ya me toca protagonizar una en la que yo sea el centro de atención.
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