Aunque actualmente es un referente de la comedia televisiva gracias a programas como La Resolana y Venga la Alegría, El Capi Pérez trabajó mucho para lograr sus sueños, incluso en sus veintes – actualmente tiene 36 años – se desempeñó como mesero en un negocio de mariscos y en un antro, y también de animador en una tienda de ropa norteña.
Precisamente de este último trabajo, que realizó en 2010 en su natal Aguascalientes, el conductor habló durante una charla con Roberto Martínez para el podcast Creativo.
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Primero, el presentador televisivo dijo que cuando vivía en su estado de origen “me encantaba irme de peda, tenía un chin… de amigos, la pasaba muy bien. Pero ese momento divertido de mi vida se topó con la frustración de la lana y con la frustración del tope de crecimiento; los últimos años que viví en Aguascalientes no fueron tan felices”.
“Lo recuerdo con melancolía y cariño, pero ya cuando me pongo a desmenuzar esos últimos años, recuerdo que no era yo, porque ya me urgía irme de ahí por tema de crecimiento y de chamba”, reconoció El Capi.
Así fue la etapa de 'El Capi' como animador
Luego, detalló su faceta de animador: “Hay una experiencia que le platiqué a Chumel: hubo un tiempo donde trabajaba afuera de Norteño Boots, un negocio de ropa norteña”.
“En la Feria (de San Marcos) estaba afuera todos los días invitando a la gente que pasara, era animador, pero esto lo hacía al mismo tiempo que me dedicaba a la televisión; hubo una época en que hice televisión Échele primo, animador de Norteño Boots, mesero en unos mariscos y mesero en un antro en la noche. Tenía todas estas profesiones al mismo tiempo”, rememoró Pérez.
“Estaba afuera animando, de ‘Pásele, tenemos promociones’ haciendo dinámicas con la gente. O sea, sí está padre el recuerdo, lo digo con orgullo, pero cuando lo analizó eran unas put… enormes”, agregó.
El Capi explicó que ocasionalmente se sintió ignorado: “Yo veía a la gente pisteando a mi alrededor, pasándola muy bien, y yo estaba ahí en el solazo, haciéndome el chistosito frente a muchas personas que me ignoraban”.
“Entonces, es bueno tener las dos raciones: la muy positiva y motivadora, pero también la realidad – reflexionó –. Ahí sinceramente no sé descifrar qué es lo que te hace seguir avanzando, porque todos los días decía ‘Qué chin… estoy haciendo’, pero hay algo que te hace levantarte”.
Por último, El Capi Pérez, que cuando trabajó como animador tenía 23 años, reveló que en ese entonces “quería lana, era lo que yo quería, trabajar para disfrutar; lo que quería era juntar algo, salirme de peda, era buena época. Ahí no batallaba de lana porque tenía cinco trabajos, pero quería comodidad, aspirar a algo que no sabía ni qué”.
hc