Aunque su trabajo fue la actuación, Rubén Aguirre pasó a la historia por su rol de educador en la serie cómica creada por Roberto Gómez Bolaños Chespirito en los años 70: El chavo del 8.
Profesor Jirafales fue el nombre del personaje que encumbró al artista nacido en Saltillo, Coahuila, el 15 de junio de 1934, y fallecido en Puerto Vallarta, Jalisco, el 17 de junio de 2016. ¿Pero cómo llegó a este papel? En una entrevista con Gustavo Adolfo Infante el propio Rubén lo reveló.
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Primero, el actor recordó su llegada al panorama artístico: “Estudiando, para hacerme de unos centavitos, me metí de locutor, y me gustó tanto, no tanto por los centavitos porque pagan muy mal el radio, sino el hecho de comunicarte con la gente, que te escriban cartitas. Me entretenía mucho, porque en lugar de presentar discos o noticias, yo inventé una radionovela donde hacía todos los personajes”.
“Me acuerdo que la primera vez que aparecí en cámaras, y no se me va a olvidar nunca, era un comercial de un fraccionamiento en Monterrey. (…) Yo creo que lo hice perfecto, estaba muy orgulloso de mí por ese comercial, pero al día siguiente me llama el director del canal: ‘Oiga, quítese eso de la tele, se ve grotesco, está usted muy grandote, sus manos parece que trae guantes de béisbol. Usted no sirve para salir a cuadro’. Casi lloro, pero lo bonito es que se lo llegué a contar a mi mujer y me dijo: ‘No te creas, sí sabes’, y seguí insistiendo”, agregó.
Así llegó al papel del Profesor Jirafales
Más adelante en la entrevista, el actor ahondó en su papel en el Chavo del 8: “Rubén Aguirre es igualito a Jirafales; es vanidoso, cursi, romántico, toma café, fura puro. O sea, somos iguales. Representar nunca fue un problema, no me costó trabajo, es la misma persona”.
Luego, contó cómo conoció a Chespiritó: “Al poco tiempo de estar en Canal 8 llegó Roberto con un proyecto de un programa que se llamaba Ciudadano Gómez, algo así. Lo vio Sergio Peña, mi jefe de producción, y me dijo: ‘Me gustó el proyecto que trajo, hazme por favor un demo’”.
“Convoqué a varios cómicos para que hicieran esos 5 minutos a ver cuál gustaban a la dirección general, y hubo un pequeño error: Rafael Banquells iba a hacer de gerente de la compañía y una secretaria, y el cómico iba y hacía su show. Entonces no fue la secretaria y yo fui el secretario. Terminamos y me dice Roberto: ‘Yo también quiero participar’, hicimos la misma escena. Entonces se le presenta ese demo a la dirección general hasta que Sergio dijo: ‘Nuestro slogan es la nueva imagen de México y estos cómicos ya están más vistos, el único nuevo es Chespirito’”.
Sobre su llegada al Chavo del 8, Aguirre señaló que primero trabajo con Bolaños en Chespirotadas y Los súper genios de la mesa cuadrada. “Cuando viene el Chavo del 8 Roberto ve la necesidad de hacer una escuela, entonces me dijo que hiciera de Jirafales, igual que en Los súper genios de la mesa cuadrada. Acepté gustoso, aunque tuve que suavizar el personaje; en la Mesa cuadrada era más rudo, enojón”.
“Es algo muy bonito si lo ves con profundidad: es el hecho que dos adultos, porque ya éramos grandes, se conformaran con un ramito de flores, con una tacita de café, eso muestra un valor de respeto”, dijo sobre el romance entre su personaje y Doña Florinda.
hc