Elizabeth Aguilar es una actriz mexicana, quien además logró ser la primera mujer de México en posar para la famosa revista Playboy. En una carrera llena de éxitos, Elizabeth también se enfrentó a situaciones muy difíciles como por ejemplo cuando sufrió un secuestro express en la Ciudad de México.
En una reciente entrevista con Matilde Obregón, la también modelo recordó aquel hecho que la traumó durante muchísimo tiempo. Fue saliendo de un evento en su camioneta cuando al llegar a la casa de su amiga, un auto la interceptó para amenazarla de muerte mientras se subían a su transporte.
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"Íbamos llegando a casa de Mónica y que nos agarran ahí. Se bajan y con pistola en mano, yo iba manejando y me pusieron la pistola acá. Ni siquiera me bajé. Eran tres y me dijeron 'con los ojos cerrados y la cabeza abajo'. Alcancé a distinguir a uno, pero no podía voltear más porque tenía la pistola; yo estaba orando", contó.
Luego de ser llevada a una casa desconocida, los tres delincuentes la volvieron a subir a la camioneta para después dejarla tirada en la delegación Tláhuac.
"Yo no tengo dinero y si le quieren pedir a Silvia tampoco les va a dar nada. Nos preguntaban cosas de con quién andábamos. Nos llevaron a una casa. Fue horrible, pero nos volvieron a meter a mi camioneta y nos tiraron en la delegación Tláhuac; estábamos en las calles de Pirañas; de terror: violentadas y muy maltratadas. Dios es grande y nos dejó con vida", continuó.
Sin embargo, la pesadilla no había acabado ahí ya que después de vivir esa experiencia, los familiares de uno de sus secuestradores la contactaron pidiéndole disculpas, entonces ella recibía cartas en su casa.
"Sabían dónde vivía y la familia de uno de ellos me escribía que lo perdonara. Nos dijeron que ya habían agarrado a uno y teníamos que ir a identificarlos".
Su secuestrador iba a verla al teatro
Por si fuera poco, Elizabeth reveló que tiempo después, cuando ella se encontraba actuando en el teatro, logró ver al jefe de la banda de secuestradores en primera fila de las funciones que ella ofrecía, situación que la llenó de miedo.
"Con el tiempo vas sanando, con los psicólogos sacas el coraje. Me acuerdo que cuando estaba en el teatro, yo veía al jefe que nos fue a ver dos o tres funciones. Era un pavor, yo estaba en escena. Cuando él vio que yo lo reconocí, inmediatamente se fue. En el intermedio ya no estaba. Fue una experiencia bien fuerte, pero ya está superado", terminó.
DAG