En la historia de la televisión mexicana han existido personajes que han marcado un antes y después. Luego están aquellos villanos que llegaron a las novelas para caernos tan mal que terminábamos adorándolos.
Uno de ellos fue Rómulo Ancira, interpretado por Ernesto Laguardia en la telenovela Corona de Lágrimas, un personaje que será recordado por mucho tiempo.
En una reciente entrevista con la periodista Matilde Obregón, el actor con más de 50 años de trayectoria, recordó aquel personaje que lo catapultaría a otro nivel de fama.
Ernesto mencionó que él no quería morirse en la telenovela y que eso le costó trabajo asimilarlo en su vida real ya que estaba muy metido en el personaje.
"El día que yo me morí, yo lloraba en las noches. Me decía mi esposa si estaba bien y me abrazaba; estaba llorando como desesperado. El meterte en tu personaje, vivir otras vidas y otras muertes, pero es lo padre de la actuación", mencionó.
Asimismo, Laguardia platicó de lo desgastante que fue construir y darle vida al personaje; "pude ser sencillo o depende las escenas. Fue muy desgastante porque tienes que asumir al personaje para poder disfrutarlo y decir las cosas como lo diría él".
Ernesto se pudo un reto antes de interpretarlo: ser alguien desgraciado, pero con el que todos conectaran y lo logró. Su personaje ha sido de los más recordados de la televisión mexicana.
"Lo extraño un poco, pero lo tienes que enterrar porque si no te volverías loco, Me puse el reto de hacer un desgraciado pero que me adoraran. Me basé en alguien que era un pillo, era un hijo de su madre, pero lo adorabas", platicó.
Finalmente, el actor mexicano dijo que suele quedarse con algunos objetos distintivos de cada personaje al que interpreta y en el caso de Rómulo, fue su anillo, el objeto seleccionado.
DAG