A Fernando Cuautle le gustan las felicitaciones. También los premios, como el que ganó el pasado 7 de septiembre en el Teatro Degollado, de Guadalajara: el Ariel a Mejor Coactuación Masculina por la película Heroico. Pero es consciente que estas gratificaciones no son la meta, sino un estímulo; una palmada en la espalda para seguir explorando y retándose en ese camino que lo apasiona: la actuación.
El actor nacido en Puebla hace 30 años revela a MILENIO que la noche que alzó la estatuilla plateada, que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), le preocupaba más no marearse.
"Había tenido semanas complicadas previas al Ariel, mareos y cosas con la ansiedad. Por eso era mi mayor miedo. Pero minutos después de que acabó la ceremonia, que mucha gente se acercó a felicitarme, me propuse disfrutar, no sobrepensar las cosas", rememora.
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Considera a Heroico, donde interpretó al sargento Eugenio Sierra, como "un parteaguas en mi vida", y a su Ariel como una alegría, aunque "no es una garantía de tener trabajo".
Por eso no se relaja, sigue en busca de proyectos, oportunidades. Por ejemplo, la película que tentativamente saldrá el próximo año, del realizador Carlos Santos (Señora Influencer), su primera incursión en la comedia: "Me divertí mucho, pero sobre todo aprendí a que me quiero retar todo el tiempo; demostrar que puedo abarcar distintos géneros y, principalmente, no perder la emoción por cada paso dado, por algo que es desconocido".
Esa pulsión por explorar es la esencia de su trabajo actoral: así se descubre "más empático", pues cada personaje que interpreta lo hace "cuestionar mi realidad".
"Mi trabajo no lo ejecuto trayendo recuerdos para generar una emoción, sino que reconozco las sensaciones, cómo se sienten en el cuerpo: el enojo, la alegría, la melancolía. Es prestar lo que he vivido al servicio de un personaje. Por eso no dejo de vivir, porque eso hace que tenga mejores herramientas".
A la par, procura su salud mental con meditación, terapia y "cosas que me traen de vuelta a mis raíces, a conectar con la gente que me importa". Ya se ha visto en escenarios donde las emociones resultan un 'sube y baja'.
"No es normal que cientos de personas nos aplaudan todo un día, en el cerebro se generan una cantidad inmensa de químicos que te hacen sentir bien, pero con los días bajan esos niveles, y con esa caída vienen los cuestionamientos".
¿Qué pasa? ¿Qué más esperan mí? ¿Ya no puedo fallar?, son dudas que ocasionalmente lo asaltan, a pesar de su amplia preparación escénica y su calidad comprobada en producciones como Tijuana (2019), No Man's Land (2020), Nuevo Orden (2020), Las Bravas (2022) y Mala Fortuna (2023).
Confronta estas preguntas abrazando sus errores: "Y quiero cometerlos porque cuando pasa eso, aprendo; no quiero quedarme en el lugar fácil".
Y su soledad.
"Me cuestiono mucho la soledad, porque así como es importante para la parte creativa, muchas veces es difícil lidiar con ella... Estoy en el proceso de amar la soledad, que a veces me cuesta por cosas con las que crecí. Pero quiero aprender a disfrutar de mi soledad para que no se vuelva una cosa que me pese, sino un momento para crear".
— Hablando de salud mental. ¿Cómo te desenvuelves en las redes sociales?
— El mundo de las redes es muy oscuro. Cuando recién se estrenó Heroico, mucha gente comenzó a seguirme en Instagram y caí en cuenta que me estaba tomando más selfies que nunca; sin pensarlo, caí en ´La gente me está pidiendo'... se vuelve un vicio. Es una adicción fácil, la serotonina que se libera con un like, un comentario... Creo que fue bueno que me sucediera porque me di cuenta que no quería eso.
— ¿Y qué áreas de oportunidad encuentras en el panorama actoral actual?
— Hay una gran oportunidad laboral por la cantidad de plataformas, pero por otro lado debemos priorizar que no por cumplir cuotas se deje de valorar la buena ejecución de un actor o una actriz; está chido que haya inclusión de muchas maneras, pero no nos podemos quedar estacionados ahí, porque el público se da cuenta cuando se quieren cubrir (cuotas). Que nos quedemos en el peso inmenso de las redes sociales, sino darle más peso a la buena ejecución.
Al cierre de la charla con MILENIO, Fernando Cuautle exalta que le ha puesto un "valor inmenso" a vivir y disfrutar los proyectos y los premios. Lo que no significa una zona de confort, sino todo lo contrario: en 2025 quiere volver a hacer teatro, también está "escribiendo historias, es una parte que no había explorado. ¡Quiero dirigir un corto!".
"Y quiero abarcar de muchas maneras la creatividad que tengo dentro y que no se centre solo a la actuación", zanja el actor mexicano, que tiene los recursos, técnicos y mentales, para llegar a lo más alto.
hc