Aunque han transcurrido varios días de la muerte del conductor Fernando del Solar, su familia, amigos y seguidores no dejan de recordarlo, sobre todo a través de sus mensajes motivacionales y experiencias alegres, por ejemplo, la charla TED que dio hace 4 años.
En YouTube está disponible esta conferencia, llamada Arriba los corazones, que el ex integrante de Venga la Alegría dio en Parque La Loma, en Tepic. El famoso comenzó contando por qué salió de Argentina para probar suerte artística en México: “En aquel momento México, para toda la gente de Latinoamérica, era el Hollywood de Latinoamérica, y en ese momento mi sueño más grande era ganarme un Oscar. Mis objetivos siempre han sido grandes, entonces decido venirme a la aventura con 350 dólares, a ver qué pasaba en este lugar”.
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“Trabajé de mesero, vendiendo cursos de computación, trabajé en comerciales.15 años después, 15 años más tarde, dije ‘Me caso’”, recordó.
Entonces, el día de su boda, mientras se estaba vistiendo, “en ese momento hice un examen de consciencia… No sé cómo le digan ustedes al jefe, a Dios, el Iluminado, Buda, como ustedes le quieran decir, pero en ese momento le digo: ‘Jefe, tengo esta relación y todo lo que te había pedido me lo has dado. ¿Qué más me falta?’”.
“Cuidado cuando piden de manera genuina, cuando se alinean mente, corazón y palabra, porque los antiguos dicen que eso significa un abracadabra. Es algo así como ‘Yo creo en la realidad con mi palabra’. Tengan cuidado con lo que piden porque una bendición se puede transformar en una maldición si no lo sabemos pedir”, señaló.
Fernando detalló que tras una etapa de plenitud, “en menos de 2 años perdí todo: la salud, la pareja, el trabajo y a un ser querido, mi abuela. Perdí la fe”.
Rememoró su reacción cuando el doctor le informó que tenía cáncer: “A partir de ese momento lo único que quería hacer era salir a gritar corriendo ‘Esto no está pasando’. En ese momento la palabra cáncer significaba o era igual a muerte. Imagínate que te dicen que te vas a morir… De repente nos creemos eternos, que vamos a vivir para siempre”.
“En mi tercera recaída entro con un paro cardiorrespiratorio al hospital, me inducen al coma, cuando sale el doctor le dice a mi mamá ‘Señora, no hay nada que hacer por su hijo, si fuese mi hijo yo lo desconecto’. En ese momento mi mamá dijo: ‘Doctor, aquí va a suceder un milagro’. Pasaron dos, tres, cinco, diez días y este corazón quería seguir latiendo”, dijo sobre uno de los momentos más difíciles de su enfermedad.
El momento más sorprendente de la charla fue cuando mostró un video donde aparece en rehabilitación tras estar en coma: “Tenía 30 kilos menos, tenía una traqueotomía, me habían dado por muerto”.
“Cuando salgo del hospital me acompañan a mi casa enfermeros y en uno de esos días me llama un sanador y me dice ‘¿Fer, te puedo mandar a mis terapeutas?’”. Ante esta propuesta, el presentador televisivo aceptó, y cuando estaba dispuesto a pagar por la sesión de regeneración celular le dijeron que no tenía costo: “Esta es una terapia de amor incondicional. Si nosotros te damos, el universo nos regresa 10 veces más”.
Sorprendido, Fernando tomó un taller “y empecé a sanar, empecé a ir a hospitales para hablar de mi experiencia, a dar terapias de regeneración celular”.
“A mí lo que me salvó fue el amor. Cuando empecé a hablar, a compartir mi experiencia, a ir a los hospitales, empecé a vibrar harto y empecé a levantar la vibración, mis células empezaron a recuperarse, a sanar, a estar mejor. Por eso lo que quiero decirles hoy es que aprendan a vibrar en el amor. Por eso el amor es tan difícil explicar como un sentimiento o emoción, porque es alta vibración”, aseguró.
Y concluyó diciendo: “Hoy quiero decirles que solo tenemos el aquí y el ahora. Dejemos de culpar al pasado, de cargar esas mochilas llenas de piedras culpando a nuestros papás, a nuestros hijos, a Dios, porque si queremos volar debemos tener la mochila liviana. Tampoco podemos vivir pensando en las expectativas del futuro. SI hoy fuese el último día de sus vidas, ¿estarían haciendo exactamente lo mismo? A vibrar alto, porque si hoy fuese mi último día, mis hijos saben cuánto los amo, mis papás saben cuánto los amo y lo que quiero hacer hoy es compartirlo con ustedes”.
hc