Yolanda Montez, mejor conocida como ‘Tongolele’, fue una de las figuras más icónicas del cine y el entretenimiento en México. Su imagen de mujer exótica, con una físico imponente y un carisma inigualable, la catapultó a la fama desde finales de la década de 1940 y con la noticia de su fallecimiento te contaremos más cómo se veía de joven.
- Te recomendamos ¿Cuántos hijos tuvo 'Tongolele' y quiénes eran? Famosos

¿Cómo se veía ‘Tongolele’ de joven?
Desde su juventud, ‘Tongolele’ poseía un atractivo físico que la hacía destacar en cualquier escenario.
Su rostro, de facciones afiladas y expresivas, estaba enmarcado por una cabellera abundante y rígidamente ondulada, que se convirtió en su sello distintivo. Sus cejas perfectamente delineadas y arqueadas resaltaban su mirada penetrante, mientras que sus labios carnosos completaban una estética enigmática que evocaba misticismo y sensualidad.
En los años 40 y 50, cuando ‘Tongolele’ comenzaba a ganar notoriedad en la gran pantalla y los escenarios de cabaret, su cuerpo atlético y curvilíneo la hacía el centro de atención en cada presentación. Su piel bronceada contrastaba con la vestimenta llamativa que solía usar: faldas cortas con flecos, tops ajustados y grandes accesorios tribales que acentuaban su apariencia exótica.
Medía aproximadamente 1.70 metros, una estatura imponente para la época, lo que le otorgaba una presencia dominante en el escenario.
‘Tongolele’ y su baile en el cine
Tongolele no solo destacaba por su físico, sino por la manera en que lo utilizaba para cautivar al público. Su especialidad eran las danzas polinesias y afroantillanas, que ejecutaba con una técnica impecable y una energía electrizante. Sus caderas se movían con una cadencia hipnótica, acompañadas de gestos teatrales que hacían de cada presentación un espectáculo inolvidable.
Su flexibilidad y dominio corporal la diferenciaban de otras bailarinas de su tiempo, convirtiéndola en un fenómeno sin igual.
El estilo de Tongolele dejó huella en la moda de su tiempo. Sus trajes ajustados, bikinis con cuentas y faldas de plumas inspiraron a muchas artistas posteriores.
Además, su imagen fue reproducida en ilustraciones, carteles y postales, convirtiéndose en un símbolo de la estética tropical y el exotismo cinematográfico. Su fisonomía fue comparada con la de las divas de Hollywood, pero con un toque único que la hacía inconfundible.