¡3 amores que marcaron su carrera! Así fue la vida amorosa de Freddie Mercury

Desde el amor de su vida, el amante que le arruinó su vida y el hombre que lo acompañó en sus últimos días.

Parejas de Freddie: Mary Austin, Paul Prenter y Jim Hutton | Foto: Especial
Ciudad de México /

El músico que se convirtió en leyenda hoy cumpliría 75 años. Conoció el lado luminoso de la fama pero también el lado oscuro de la vida. Amó y fue amado, mostró su arte y ocultó su intimidad, fue admirado y traicionado, fue rey y fue reina. El líder de Queen sigue vigente hasta hoy junto con el legado que dejó.

Como se ve en el final de la película biográfica de Freddie Mercury Bohemian Rhapsody, el legendario cantante estuvo en pareja en sus últimos días con Jim Hutton, un peluquero y escritor irlandés. El compositor británico de origen parsi e indio mantuvo una relación sentimental con Hutton durante casi siete años, desde 1984 hasta su fallecimiento a finales de 1991.

James Samus Hutton, era el nombre real del hombre que acompañó al vocalista de Queen en sus últimos días. El intérprete de “We Will Rock You” le dejó en herencia a su pareja, al cual llamaba cariñosamente “mi marido”, 500.000 libras y un terreno en Irlanda para que construyera una casa, aunque también se rumora que le dejó toda su herencia a su primer amor, Mary Austin.

El último amor de Freddie Mercury falleció en Carlow, Irlanda, el 1 de enero de 2010, a causa de un cáncer de pulmón a los 61 años. No fue como consecuencia del SIDA cómo se llegó a rumorear entre conocidos y medios, el mismo Brian May, guitarrista de Queen, lo desmintió en su sitio web oficial. Después de su muerte usó la herencia que recibió (600 mil dólares) para volver a Irlanda, donde escribió un libro sobre su relación con Freddie. Le había tocado compartir con el ídolo sus años más dolorosos –estuvo en el círculo íntimo que lo acompañó durante toda su enfermedad– y una viudez menos conocida que la de aquella primera novia que Freddie eligió para que fuera el amor de su vida, aún después de su muerte.

A pesar de que Jim Hutton fue su última pareja y con quien se dijo que pasó sus últimas días de vida muy feliz, el amor de su vida fue su primera novia, Mary Austin, a quien le dedicó la canción Love Of My Life (1975). Vivieron juntos seis años y se separaron cuando él le dijo que era homosexual. Pero la consideró su esposa hasta en su testamento y le pidió que cumpliera con su último deseo. A 30 años de su muerte, la intimidad de un amor único.

Mary, a quien Freddie se refirió siempre como su esposa aunque nunca se casaron, es la única guardiana del último deseo –y el último secreto– del líder de Queen: el destino final de sus cenizas. Solo a ella podía confiarle esa misión que lo atormentaba. No es un dato inesperado. Mary había sido la primera en saber que él tenía VIH: conoció los resultados aun antes que el propio músico.

No quería que nadie intentara desenterrarlo, como había sucedido con otras personas famosas. Los fanáticos pueden ser profundamente obsesivos. Él quería que fuera un secreto y seguirá siéndolo”, dijo Mary en una entrevista con el Daily Mail en 2013.

Por entonces contó que mantuvo por dos años la urna con los restos de Freddie en su cuarto de la mansión Garden Lodge de Kensington, valorada en 22 millones de dólares, que le legó su gran amor junto con la mitad de sus bienes y un porcentaje de los derechos de autor de la banda.

Pero antes de llegar a su gran y último amor, después de su ruptura con su única novia tuvo la relación más tóxica con Paul Prenter quien trabajaba en una radio de Belfast. En 1975 conoció a Freddie Mercury, hay quienes aseguran que se conocieron en un bar, en una de las habituales incursiones nocturnas de Freddie; mientras que otros sostienen que primero se convirtió en asistente del manager de la banda y que así, trabajando, se produjo el primer acercamiento. El encuentro real poco importa. Porque con el tiempo Prenter ganó un lugar destacado en la vida de Mercury. Fue su amante, su asistente personal y manager.

Prenter siempre será percibido a lo largo de la historia como el fantasma que acechaba mala fortuna a Queen, una sombra mala en la vida de la banda. En 1982 Queen editó el peor de sus discos, Hot Space. Un híbrido sin rumbo ni fuerza que muestra al grupo desorientado, solo salvado por esa joya indeleble que es “Under Pressure” en colaboración con David Bowie. Los otros miembros de la banda le aseguran ese fracaso a Prenter y a su (mala) influencia en Mercury. A pesar de eso su actuación como manager fue demasiado prolongada (desde 1977 hasta 1985) como para que los haya tomado por sorpresa y obligado a hacer cosas y tomado decisiones artísticas contra su voluntad.

Además de malas decisiones laborales, impulsando a Mercury a ser solista y a llevar una vida un tanto agitada y dañina para la salud del cantante, es visto como el traidor más grande de la historia, debido a que él fue quién vendió a su amigo por 32 mil libras en aquella época. The Sun fue publicando las declaraciones de Prenter día a día. Primero llevó a la tapa la noticia de que dos de los amantes de Mercury que habían muerto de sida. Las revelaciones sobre la vida privada de Mercury siguieron. El morbo estaba de fiesta.

Prenter reveló detalles de la vida de Mercury de gira y de como conseguía un hombre para cada noche, la primera relación sexual que tuvo a los 14 años en la India y claro reveló cada detalle de su vida sexual, vida privada y por supuesto su enfermedad.

A pesar de todo lo horrible que causó en la vida del intérprete de “I Want to break free” Paul Prenter murió por complicaciones derivadas del Sida en agosto de 1991, tres meses antes que Mercury anunciara públicamente que padecía la enfermedad y posteriormente su voz se apagaría para siempre el 24 de noviembre.

Es por eso que se le recuerda a cada uno de los amores tan influyentes de la vida de Mercury, cada uno marcó un inicio y final en cada época importante en la vida del cantante y de la banda.

arb

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