La razón por la que Ignacio López Tarso abandonó el sacerdocio para ser actor

Fue durante su juventud que el actor tuvo que unirse a un seminario para continuar sus estudios, pues su familia enfrentaba problemas económicos.

Ignacio López Tarso. (Cuartoscuro)
Ciudad de México /

Ignacio López Tarso es una de las figuras más emblemáticas de la Época de Oro del cine mexicano. Con una larga trayectoria artística, el actor se volvió un ícono de la pantalla grande tras protagonizar Macario, galardonada película basada en la novela del escritor B. Traven. Sin embargo, pocos saben que antes de dedicarse a la actuación, ingresó a un seminario para convertirse en sacerdote.

Con menos de diez años, Ignacio López Tarso quedó fascinado con el mundo de la interpretación, el cine y el teatro. Durante su infancia, cambió varias veces de residencia debido al trabajo de su padre, quien trabajó en el servicio de correos tras abandonar su carrera como militar. 

Fue durante su juventud que el actor tuvo que unirse a un seminario para continuar sus estudios, pues su familia enfrentaba problemas económicos como para enviarlo a un internado

"Cuando busqué seguir mis estudios, mi padre no tenía la suficiente libertad economía como para mandarme a un internado ni siquiera a Toluca", contó Ignacio López Tarso en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante para El minuto que cambió mi destino.

Sin embargo, el padre del actor era amigo del sacerdote del pueblo, éste convenció a la familia para que el joven Ignacio ingresara al seminario para continuar estudiando.

"Dijo: 'Que vaya al seminario, yo le abro la puerta del seminario, ahí hay magníficos maestros. Va a estudiar mucho, hacen mucho deporte', en un pueblo en Temascalcingo, en el Estado de México y me fui. Fueron días maravillosos en el seminario", indicó. 

Ignacio López Tarso y su paso por el seminario

El actor mencionó que estuvo cuatro años en el seminario, pero no tenía la vocación para convertirse en sacerdote, razón por la que decidió abandonar el lugar.

"Ahí estudié latín, estudié griego, humanidades, filosofía (...) Entonces, ya dije no, ya no porque yo no tenía vocación para ser sacerdote. Yo nunca pensé ser sacerdote. Un día el padre, el rector me dijo: 'Mira tú estás ocupando un sitio que la iglesia necesita a un joven que esté realmente interesado en ser sacerdote y tú no lo serás nunca'", dijo. 

amt

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