Jennifer Aniston contó la experiencia que vivió la única vez que trabajó para el productor Harvey Weinstein, durante el rodaje de la película Descarrilados (2005), que protagonizó junto al actor Clive Owen.
Para la edición especial Power of Women de la revista Variety, la actriz compartió que tuvo que interactuar muchas veces con él, pero vivió una situación que recordaba en especial.
“La vez que más recuerdo fue durante la cena posterior al estreno de la película. Yo estaba sentada en una mesa con Clive, con los productores y con un amigo mío, y él de repente llegó y lo primero que hizo fue acercarse a mi amigo y ordenarle que se levantara”, comentó.
Ella no podía creerlo, cuenta, pero al final su amigo no tuvo más remedio que levantarse y ponerse en otro lado de la mesa para que Harvey Weinstein se sentara a su lado.
“Fue una demostración del nivel de comportamiento asqueroso y prepotente que tenía relacionándose con todo el mundo”, aseguró.
No fue la única vez que Aniston tuvo que soportar los abusos de poder de Weinstein. También se acordó de una ocasión que el productor intentó que hiciera algo para favorecer la voluntad de su entonces esposa, la diseñadora Georgina Chapman, creadora de la firma Marchesa.
“Recuerdo que aquel año su ex mujer Georgina había empezado a diseñar su marca Marchesa. Decidió venir a visitarme a Londres mientras estábamos rodando la película, para decirme que le gustaría que llevara uno de sus vestidos de a la premier”, dijo.
“Yo miré el catálogo y en aquella época Marchesa no era lo que es hoy. Simplemente, su ropa no era para mí. Pero él insistió en que tenía que llevar un vestido diseñado por Georgina. Ése fue el único bullying que me hizo. Aunque no sirvió de nada porque yo le dije que no. ¿Qué iba hacer? ¿Obligarme?”, concluyó.
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