Juan Carlos Escalante es un pionero del stand up en México, pues hace más de 10 años, tras nacer y crecer en Acapulco, y formarse en la carrera de Diseño de la Comunicación Gráfica, fue de los primeros en subirse a un escenario en la Ciudad de México para contar aspectos de su vida de forma cómica; esto con el fin de hacer reír a los presentes, pero también como una forma de catarsis.
Debido su amplia experiencia con el micrófono en mano, el también co-conductor del podcast El súper show está genial ha generado un enfoque humorístico que, más que complacer al público, busca complacerse a sí mismo y provocar, tal vez de forma inconsciente, una reflexión en torno a lo dicho. Y esto ha resultado en que Escalante actualmente sea reconocido entre la comunidad que gusta de las risas como un Puto Genio.
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"Yo inventé lo de Puto Genio. Lo que me hizo decidir eso fue una mezcla de dos cosas: una fue mi amigo Alex Marín y Kall, que tenía su propia marca, Ese Wey, y se me hacía chistoso que ni siquiera habíamos empezado a hacer shows y tenía su marca. Pero vi que le funcionó; es una forma de interactuar con un mundo que se basa en símbolos", cuenta sobre su apodo.
El segundo aspecto que lo motivó a elegir este sobrenombre fue que cobró consciencia de que es bueno para hacer reír, "pero nunca pongo eso de frente porque mi stand up no se trata de ver qué tan intelectual soy. Y pensé en Howard Stern, que se puso el mote de El rey de todos los medios porque en una semana sacó un libro, una película y un soundtrack que fueron número uno. Como un truco del capitalismo: lo que sea que tú aseveres, puede ser real. Entonces, puedo decirme Puto Genio porque, primero que nada, es chistoso, y segundo: si están diciendo 'Este güey es pretencioso', pues sí, soy pretencioso, también es parte del chiste".
Jugar el juego del capitalismo
La introducción de Juan Carlos Escalante a la comedia y lo mucho que ha batallado - y disfrutado - para llegar a su momento actual, son aspectos que él mismo se ha encargado de contar en el podcast que realiza junto a Fran Hevia, El súper show está genial, y en otros contenidos audiovisuales donde va como invitado o que él genera, como Jaun y sus amigos.
Por eso la siguiente conversación versa sobre temas que, si bien él ya ha abordado, aquí los desentraña de forma más explicita.
En un 'Súper show' comentabas que los chistes deberían verse como propiedad, por decirlo de alguna forma; de generarlos y tener el respaldo de que son tuyos.
Creo que debería haber, en un mundo ideal, una protección a la propiedad intelectual de comediantes. En todo lo demás hay legislación, aunque no se siga, y ni siquiera hay eso para la comedia. Sobre todo porque los comediantes son trabajadores independientes la mayor parte, debería incentivarse la creatividad. Y ese era mi punto: que no se incentiva la creatividad en general y es un síntoma de eso la forma casual de robarte un chiste de algo que viste en Comedy Central. Es un nivel de nihilismo que alzas las manos al cielo de ‘Imposible crear algo’. Eso, al corto y al largo plazo, abarata, hace más trivial lo que entregan creativos. Se debe incentivar eso.
Mi chiste de Goku… Yo no creo que está bien que se lo chinguen. No odio a nadie, no voy a demandar a nadie, estoy muy cerca de que me valga, pero ese chiste fue algo que sucedió después de pasar una vida obsesionado con Dragon Ball. Entonces, ¿me vas a decir que no tengo derecho a crear nada a partir de estar adherido a esta cultura? ¿Qué no puedo decir que es mi chiste? Se me hace contraproducente.
¿Crees que, a nivel México, se desdeña la figura del comediante dentro de las áreas creativas?
Creo que a nivel población es celebrado; histórica y culturalmente, los últimos 10 años de comedia stand up en México se han beneficiado de la buena vibra que genera el comediante. Aun si no somos Cantinflas, creo que la gente utiliza el recuerdo de Cantinflas, de forma cultural, y dice: ‘Él está en el camino de querer ser eso’. Como que es hasta como noble, creo que México tiene eso. Otros países no lo tienen de esa forma.
Dicho esto, del lado corporativo se generan chambas, hay trabajo, pero sí ha sido una lucha en el sentido de que se ha sentido resistencia; México es un país que, a nivel corporativo, trabajos de comediante se le dan a gente que no se dedica a la comedia, es algo bien sabido. En un mundo en el cual lo que importa es vender espacios de publicidad o productos, pues la hora del comediante es la última cosa de la lista que hacer, es de ‘Dáselo a ese tonto’ o de ‘Tengo un cuate que es medio cagado y tonto, mételo ahí’. Lo vemos en las películas, que sale el personaje chistoso y no es un comediante.
Ante esto, ¿cómo ha sido tu rol como comediante respecto a las corporaciones? ¿Te has sentido vejado?
Me quejo porque soy suavecito. Yo me nutro del hip hop, que la onda es de ir de abajo para arriba, no podemos parar y tenemos que seguirle, jugar el juego del capitalismo que es cobrar; no es muy capitalista robar, porque no te van a dejar robar más de dos veces, pero sí cobrar, estar trabajando. En la onda corporativa, mi relación con Comedy Central ha sido muy buena, los considero amigos. A nivel Latinoamérica es un equipo de tamaño mediano, pero es gente que desde el principio ha estado… un saludo a Ángeles Roldán. Mi interacción con ellos es más en el mundo práctico, sólo dos veces he tenido junta con alguien de traje.
Dicho esto, y no es por quedar mal, diría que dos que tres veces que he grabado para Comedy, he terminado y digo: ‘No me siento muy feliz con el producto final’, pero por mi culpa. Yo simplemente no estaba listo, no tenía la experiencia. (...) Por eso para mí es muy difícil verlo como blanco y negro, entrar en esta cosa de: ‘Una corporación es mala o buena’. Las corporaciones que generan, compran o producen comedia, no viven en una burbuja separados de todo el mundo corporativo global; tiene que jugar con un montón de actores que es mucho más complicado para ellos, porque la comedia en México hace muy poco que genera dinero.
La forma de ser creativo
Escalante afirma que un buen creativo debe exponerse a muchas cosas, "no sólo, como diría Octavio Paz, en la soledad del espejo: todo el tiempo mirando tu reflejo y reforzar el: ‘Soy un buen ser humano, el mejor’.... ¡Qué horrible forma de vivir! Es una tara que comparte el mundo corporativo mexicano, este infierno de chalecos de pachón, camisas Óscar de la Renta, es un mundo gris, de mal gusto".
¿Qué paralelismos encontrarías entre hacer comedia y el hip hip, que es un gusto que has evidenciado?
El paralelo más obvio es el hecho de que no necesitas invertir para rimar y ser un MC. Para ser un productor sí tienes que buscarte tu equipo, pero para empezar a rapear y rimar, sólo necesitas tu mente. Igual para empezar a hace comedia. Aunque al mismo tiempo comparte la ilusión de que no es así, porque ningún rapero ha triunfado rapeando a capella y ningún comediante ha triunfado sin producción.
Pero es un buen incentivo. Dices: ‘Puedo empezar, puedo ponerme frente a la producción’ y pasar 5 años aprendiendo a rimar, 5 años aprendiendo a decir chistes, y en un momento dado la producción llega a ti. Ese hecho hace que el stand up sea un buen punto de entrada para gente que no tiene las facilidades para comprarse un instrumento o tomar clases de canto; entra mucha gente que tiene pocos recursos o gente que está siendo relegada de la sociedad. .
¿Qué le agradecerías al stand up?
No viví en la pobreza extrema, pero no tengo un in para el showbiz; nunca he tenido una chamba o algo porque alguien es mi familiar o es amigos de mis papás o ven mi apellido. El standup es algo que es muy justo en ese aspecto. Aunque también debo decir que ser hombre y ser medio güero, los privilegios que tuve de que mis papás pagaron una educación, soy articulado, ahí está. Pero, dicho esto, si hubiera querido ser un creativo en una agencia, todavía estaría ahí siendo explotado. El stand up fue la única forma de tener acceso a un trabajo que estaba ad hoc a mi temperamento.
¿Y qué le reprocharías?
Lo que tal vez no le agradezco es que es un truco del capitalismo: el stand up es el esfuerzo de comoditizar (sic) una expresión humana que es pre capitalista. Ser chistoso no debería ser algo que se intercambie; los chistes los das, pero no los pierdes al darlos. Todo sucede en un mundo que todavía es un poco de las ideas, de intercambios filiales, de conexión humana. Porque volverse chistoso requiere tiempo y vida, entonces estoy dando mi vida para hacerte reír.
La gente que yo observo que tiene el tipo de temperamento para dedicarse a la comedia, es gente que no podría sobrevivir en otro trabajo. O si lo hicieran, sería a cambio de una parte de su identidad o carácter. El stand up es un parche a un sistema roto, porque aún el sistema más sanguinario no podría negar la existencia del valor de la comedia.
Un ejercicio imaginativo: si ahorita, en un escenario, vieras al Juan Carlos que empezaba a hacer stand up, ¿qué le criticarías o dirías?
Si fuera la primera vez, diría: ‘Bien ahí’. Diría: ‘Mírate Juan, eres una de 5 personas que está intentando hacer esto y dentro de 10 años lo va a seguir haciendo, bien ahí’. Yo haría críticas, más que a lo que hago en el escenario, haría una crítica más tipo manager, diría: ‘Juan, quita tu ego de en medio, se un poco menos hostil con tus colegas, más práctico y tranquilízate’. Lo que me pasó es que era muy impaciente e intenté muchas cosas al mismo tiempo cuando todavía no tenía las herramientas para llevarlas a cabo.
De ídolos y podcast
El super show está genial ha favorecido el impacto mediático de Escalante, pues en este podcast donde han desfilado talentos como Tony Dalton, René Franco, David Faitelson y Horacio Villalobos, él ha resaltado como el que lanza los comentarios mordaces y las opiniones no tan populares pero sí generadoras de debate.
"Lo atractivo, lo interesante del podcast, es su continuidad. Entonces, estoy contento, siempre me ha gustado mucho eso que le llamarían ‘talk radio’. (...) Me llegan comentarios muy amables, algunos de hate, pero me desprendo un poco de eso", señala.
Si bien te asumes como alguien no tan famoso, has generado una comunidad alrededor de tu persona; gente que te concibe como ídolo. ¿Tú que sientes ante las personas que te ven de esa forma?
Creo que la forma en la que está sucediendo este tipo de fanaticada, sobre todo la de los podcast, no es tanto de ídolos. El podcast es más cercano, no es un cantante que lo ves como un Dios. Yo creo que me ven como un cuate que les cae bien, les parezco chistoso, quieren ver con qué mamada salgo y todo es ese tipo de interacción emocional. Es como un amigo.
No hay nada que haga alguien mucho más especial que otra persona; lo más que puede hacer la persona es aprovechar el momento y el contexto para tomar ese esfuerzo y hacer manifiesta su voluntad en algo. Eso se me hace especial, pero no es que esa persona tenga poderes mágicos.
Para cerrar, ¿cómo ves a las nuevas generaciones de standuperos? Alguien me decía que actualmente muchos buscan la fama rápida.
Puedes entrar con estas ilusiones de querer fama en chinga, pegar, pero, si te subes a 10 micrófonos abiertos, entiendes que no va a ser tan rápido, por lo menos por ese camino. Si ya quieres usar alguna red social para obtener esta intensidad, chido, pero en términos del stand up aprendes que te va a tomar mucho tiempo. Nunca vas a poder intercambiar ese avorazamiento sin talento.
Dicho esto, destaco a generación pérdida del stand up, que son comediantes muy buenos y que el mundo se los chingó. Estoy hablando de Alan López, de Tijuana; Pablo Rendón, de la Ciudad de México, y Domingo Aceves, igual de la Ciudad.
yhc