RU prepara orden de extradición para Kevin Spacey, acusado por delitos sexuales

En caso de no viajar por voluntad propia, Reino Unido pedirá a Estados Unidos que arresten al actor.

Kevin Spacey, escoltado en 2019 (EFE).
DPA
México /

El gobierno de Reino Unido está preparando una solicitud formal que remitirá a Estados Unidos para solicitar la extradición del actor Kevin Spacey, quien es acusado de un delito de agresión sexual, según fuentes del diario británico The Guardian.

El proceso se activará si el actor no accede a viajar a Reino Unido voluntariamente para someterse a juicio, explicó la fuente. Si no lo hace, la Dirección de Delincuencia Internacional del Ministerio del Interior británico solicitará la extradición para que sea detenido en Estados Unidos y entregado a Reino Unido.

Spacey, de 62 años, conoció el pasado jueves que la Fiscalía de la Corona británica autorizó la imputación por cuatro delitos de agresión sexual contra tres hombres entre 2005 y 2013 en Londres y Gloucestershire tras una investigación de Scotland Yard.

El proceso de extradición podría durar meses, ya que el Departamento de Justicia estadounidense debe decidir si hay una "causa probable" de delito. Después se emitiría una orden de detención y se iniciaría un proceso que en cualquier caso puede ser recurrido y que además limitaría los delitos de los que puede ser acusado.

Kevin Spacey, acusado por agresión sexual contra tres hombres

El pasado jueves 26 de mayo, la acusación de la Fiscalía británica contra Kevin Spacey por cuatro supuestos delitos sexuales volvió a poner en la cuerda floja el regreso a la gran pantalla del actor, quien tras ser repudiado por Hollywood estaba tratando de hacerse un espacio en el mercado europeo.

Apenas dos semanas antes de que se conocieran las nuevas acusaciones, Spacey había confirmado su primer papel protagonista desde 2017 con la cinta 1242 - Gateway to the West, una coproducción internacional con capital procedente de Reino Unido, Hungría y Mongolia, cuyo futuro queda ahora en el aire.

Los productores del drama histórico, en el que el actor encarnaría a un comandante del imperio mongol que trató de conquistar a Europa, tomaron una decisión arriesgada al apostar por un actor que arrastra una marca radioactiva desde 2017, cuando salieron a la luz las primeras acusaciones contra él.

Expulsado de la maquinaria de Hollywood, Spacey, de 62 años, sólo se había prodigado tímidamente en la gran pantalla formando parte del elenco de L'uomo Che Disegno Dio (2021), una película italiana que apenas contó con distribución comercial.

El actor fue acusado por la Fiscalía británica de cuatro delitos de agresión sexual contra tres hombres, cometidos en Reino Unido entre 2005 y 2013, cuando residió en Londres al ocupar el puesto de director artístico del teatro The Old Vic.

En aquella época, el artista llegó a la capital británica encumbrado por dos victorias en los Oscar, American Beauty (2000) y The Usual Suspects (1996), que hicieron de Spacey uno de los intérpretes más demandados de la primera década década del 2000.

Aunque los responsables de esa emblemática sala londinense ya indicaron en 2017 que una veintena de personas se quejaron de que fueron acosadas sexualmente por Spacey, no se habían presentado cargos criminales hasta ahora.

Antes, una investigación elaborada por el teatro concluyó que el "estatus" y la "fama" del actor pudieron haber intimidado a los actores jóvenes.

El mismo argumento fue esgrimido por el también actor Anthony Rapp, quien en plena ola del movimiento #MeToo, aseguró que fue acosado por el protagonista de L.A. Confidential en los años 80, cuando él solo tenía 14 años y Spacey ya era mayor de edad.

La denuncia de Rapp llevó a Spacey a admitir abiertamente su homosexualidad y asegurar que no recordaba el episodio del que le acusaba, aunque dijo que si realmente tuvo lugar le debía "la más sincera disculpa".

Pero pronto comenzaron a sumarse nuevos testimonios, algunos por parte de trabajadores y exempleados de House of Cards, la serie con la que Netflix arrancó su apuesta por la producción propia y que elevó el estatus de Spacey al de estrella televisiva.

El escándalo fue de tal magnitud, que Netflix acabó abruptamente con su personaje protagonista y estrenó una última temporada sin contar con él.

Al mismo tiempo, en 2018, la fundación benéfica que llevaba el nombre del actor quedó disuelta al llegar a la conclusión de que su función "ya no era viable".

Otro de los escándalos que generó más ruido mediático fue la acusación del hijo de una presentadora de televisión estadounidense que afirmó que, en 2016 y cuando trabajaba de camarero, Spacey le insistió varias veces para que fuera a su casa hasta que, más tarde, frotó su pene contra él.

Sin embargo, el joven decidió retirar los cargos en 2019, el mismo año en que falleció un masajista que aseguró ser acosado por el actor durante una sesión de masaje.

Ahora, los cargos presentados en Reino Unido coinciden con el juicio pendiente de Spacey en Nueva York, por la denuncia de abuso sexual interpuesta por Rapp.

Y los problemas del actor no quedan ahí, pues la productora MCR, responsable junto a Netflix de la serie House of Cards, pidió en noviembre una indemnización de 31 millones de dólares por ruptura de contrato y para paliar los perjuicios que causó con su comportamiento durante el rodaje.

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