Los padres de Kuno Becker eran exigentes con las artes, y el violín lo llevó a vivir durante una temporada, solo, en Austria, según dio a conocer el famoso actor en una entrevista.
Según relata para el canal de YouTube de Yordi Rosado, de pequeño asistía a conciertos de música clásica, por lo que pensó que sería una buena idea pedir un violín a Santa Claus.
Sin embargo, no sabría que ese camino lo llevaría a Austria, pues su maestro de música en México le dijo que no le podría enseñar más, por lo que su familia pensó que sería una buena idea mandarlo a estudiar en Mozarteum University Salzburg, para tomar un curso.
"Solo, me mandaron...", cuenta y explica que no tenía familia allá, únicamente rentaron lo que explica como una "pensión", donde se quedaba.
Relata que tomaba un camión, le dieron las llaves de su pensión para vivir solo y aseguraba que "lloraba mucho", además de que hablaba poco con sus padres porque "era carísimo".
"La pasé muy mal, estaba muy muy solo... le escribía cartas a mi abuelito, a mi papá", cuenta y se compara con la caricatura de Remi.
Según cuenta, llevó traveler checks, con los que fue al banco y le dieron dinero; sin embargo, asegura que a su corta edad lo que hizo fue ir a una tienda de videojuegos y gastarse todo el dinero en un día con una Game Gear de SEGA.
Ante esto, estuvo varios días sin comer, lo cual no le causó problema. Sin embargo, fue al quinto día donde se dio cuenta que realmente tenía hambre y necesitaba comer algo.
"Me pudo haber pasado cualquier cosa", recuerda Kuno sobre la experiencia de llegar solo, con nueve años y a un país desconocido.
Relata que sus compañeros tenían entre 17 y 20 años, y él era el único niño que se encontraba en el curso; "era como la mascota, porque tocaba bien pero los demás eran más grandes".
"Recuerdo haber tenido un pensamiento que era 'estoy dispuesto absolutamente a hacer lo que sea por comer' y es lo que me acuerdo".
Según cuenta, unos compañeros lo invitaron a hacer un concierto callejero, con lo cual lograban ganar un poco de dinero extra para mantenerse más allá del curso.
Fue entonces cuando comenzaron sus presentaciones callejeras, con lo cual logró reunir tanto dinero en un estuche que, a sus nueve años, no podía cargar de lo pesado. Según expresa, el dinero fue repartida de forma completamente igualitaria entre los cuatro participantes.
"Me supo la comida a gloria", cuenta.
Revela que con el tiempo lo habló y aprendió a perdonar; sin embargo, está consiente de que pudo haber ocurrido una "tragedia", con él solo en un país lejano y con una muy corta edad.
caov