En lo profesional, se sabe que Luis Miguel es disciplinado y exigente con él y con su equipo de trabajo. Aunque no todo es seriedad en la labor del cantante, pues hay momentos donde tiende a ser afable y generoso de manera inesperada, así lo reveló Mauricio Abaroa, quien fue su director artístico y representante en los años 90.
Abaroa acudió a una entrevista para el canal en YouTube de la psicóloga Silvia Olmedo. Ahí, el experto musical recordó momentos de su trayectoria, destacando su desempeño al lado del llamado 'Sol'. "Siempre supe que mi labor al lado de él era profesional, pero desarrollamos una amistad", dijo antes de revelar un noble gesto que el artista tuvo con él.
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¿Cuál fue el noble gesto de Luis Miguel con su ex representante?
Mauricio Abaroa contó que a principios de los 90 trabajó en Warner, por lo que le tocó el proceso del disco de Aries (1993), uno de los más emblemáticos de Luis Miguel. "Todo lo que hace un director artístico me tocó hacerlo para él".
Para elegir los temas del álbum, se instalaron en un hotel de Los Ángeles durante casi un mes: "Micky tenía una suite; Alfie Gatica, que aparte de trabajar en la dirección artística de Warner conmigo era el mejor amigo de Luis Miguel, una influencia positiva. Entre los tres pasamos un proceso de tres semanas y media eligiendo de ese universo de canciones, las 10 que quedaron en Aries".
Después de la selección, Mauricio pulió los últimos detalles, como los créditos: "Lo cuidé muchísimo: productor él, productor asociado Kiko Cibrián, que había hecho todos los arreglos".
"Le pongo mucha atención a las cosas relacionadas con mi trabajo, más con él, que se fija en todos los detalles", agregó.
Con esta información lista, Mauricio se la mandó a Luis Miguel por fax a un hotel de Buenos Aires. Pero al día siguiente recibió una llamada del asistente del cantante, José Pérez: "Luis Miguel quería hablar conmigo".
"Mau, lo que has hecho está bien pero te faltó un nombre, no puedes mandarlo a fábrica hasta que pongas el nombre que te voy a decir, falta el título de productor ejecutivo", dijo Luismi.
"¿Quién es ese güey? No existe", preguntó Abaroa.
Entonces, Luis Miguel lo sorprendió: "Eres tú, quiero que pongas productor ejecutivo Mauricio Abaroa".
Ante este noble gesto, Abaroa "no lo podía creer". Además, técnicamente no podía aceptar "porque era empleado de Warner; cuando eres un empleado de la discográfica en el sello vamos todos los que trabajamos en la compañía".
Esto se lo hizo saber a Luis Miguel: "Se lo agradecía en el alma pero que era algo que no podía aceptar porque iba a haber broncas. Políticamente hay gente que va a reaccionar, estoy obligado a hacerle saber a mis jefes".
La respuesta del artista fue directa: "El que tenga problema con mi decisión de ponerte como productor ejecutivo, que me llame".
Dictado el mandato de Luis Miguel, Mauricio acudió con el presidente de la compañía, Julio Sáenz, quien de inmediato rechazó la petición y quedó de hablar con el cantante: "Tacho mi nombre y puso su nombre, una diagonal y mi nombre. Yo lo hago (llamarle), tú mándaselo a fábrica."
Abaroa le creyó, pero Julio nunca se comunicó con Luis Miguel. "Volé a Acapulco para encontrarme con él, vio los créditos y se volvió loco. Me dijo '¿Qué significa esto? No es lo que autoricé'".
Afortunadamente, Luis Miguel pronto se calmó y entendió lo que ocurrió en Warner: "Tuvo la oportunidad de ver mis lealtades profesionales. Si era empleado de Warner, estaba obligado por un lado informar lo que iba a hacer, y por otro lado creerle a mi jefe".
hc