Maki y Juan Soler anunciaron su separación hace más de un año, a pesar de esto, los actores mantienen una buena relación por sus hijas, además que en diferentes ocasiones han declarado que su divorcio se dio en buenos términos. Ahora que cada uno está rehaciendo su vida, Maki contó una de las razones por las que decidió separarse del histrión.
En su más reciente participación en el programa Netas Divinas, Maki, quien se quitó el apellido de su ex esposo por petición del actor, contó que a los 40 atravesó por una crisis que la hizo pensar muchas cosas, entre ellas su divorcio.
- Te recomendamos Así es el lujoso departamento de Maky, ex esposa de Juan Soler Famosos
“Me casé a los 28, tuve a mis hijas a los 30 y a los 40 tuve una hiper crisis de identidad, de sentir que me hacía falta vivir. Me divorcié porque estuve con esa crisis como a los 42 y eso me llevó a divorciarme”.
Maki mencionó que a la mitad de sus veinte conoció a Juan Soler, con quien tiempo después se casó e inició una vida, pero que tener una rutina y ser solamente una ama de casa también desató la crisis por la que atravesó.
“Fui actriz, salí, tuve otros novios, a los 25 lloraba porque decía que ya no me case, soy una solterona y conocí a Juan, vivimos una vida muy padre juntos. Me dediqué a mis hijas, a ser ama de casa, me volví mega fresa de café con las amigas, madre abnegada y la esposa devota. Me volví una ama de casa espectacular”.
Por otra parte, la actriz argentina recordó los preparativos de su boda con Juan Soler, además dijo que se arrepiente de haberse casado con un vestido amarillo.
“Juan me dijo: 'Ya me casé 25 veces en 25 novelas, no te vas a casar de blanco' porque compré un vestido de novia, me acompañó la hermana de Juan, pero estaba muy x. Entonces la de vestuario de Televisa me dijeron que me querían hacer mi vestido de novia, les dije que fuera amarillo, como un camisón”.
Maki comentó que no vio su vestido de novia hasta pocos días del esperado día.
“Ni vi la tela, ni vi el diseño hasta el día que me lo entregaron. No tenía ni siquiera el ramo hecho, en Acapulco me crucé al mercado a comprar las flores el día de la boda. Me arrepiento del vestido porque aquí en México las quinceañeras se visten con colores”.
PJG