'El Flaco' Ibáñez revela cómo fue grabar 'El rey de la vecindad': "íbamos a filmar con pistola"

El actor mencionó que la película se grabó en una zona muy violenta de la Ciudad de México.

'El Flaco' Ibáñez recuerda lo peligroso que fue grabar 'El rey de la vecindad' (Instagram).
Ciudad de México /

Manuel El Flaco Ibáñez habló de su alcoholismo y sus problemas con las drogas durante su reciente visita al programa Miembros al aire, en donde aseguró que lleva más de 20 años 'limpio'. A lo largo de su participación el actor, de 75 años, recordó el peligro que corrió cuando filmó la película El rey de la vecindad, de 1985, que fue dirigida por Raúl Araiza, padre de El Negro Araiza.

El histrión mencionó que hacer la cinta fue una verdadera odisea, ya que grababan en una vecindad que estaba ubicada en una zona muy violenta de la Ciudad de México. Aseguró que en el tiempo que estuvieron trabajando en aquel sitio mataron a cinco personas.

"Grabamos en una pinch* vecindad, que era de cinco patios, por eso la canción de: 'por vivir en quinto patio'. No mam*s en las seis semanas que estuvieron se ching*ron a cinco güeyes, los mataron ahí", reveló El Flaco Ibáñez. 

El actor comentó que él y Humberto Elizondo -hijo de Fanny Kaufman Vitola- llegaban a la vecindad armados. Fue entonces cuando confesó que siempre lleva un arma con él, pero actualmente ya cuenta con el permiso correspondiente. 

"Elizondo y yo íbamos a filmar con pistola... Siempre traigo, pero ahora traigo con permiso", dijo. 

Añadió que mientras grababan la cinta, el padre del Negro Araiza enfrentaba problemas emocionales fruto de un desamor, esto lo llevó a beber whisky con gran frecuencia. 

"En esa película andaba medio bajón, en la onda emocional. Traía pedos con la, tú sabes con quién... Para que ching*dos la quemamos, está viva... Entonces (Raúl Araiza) sí agarraba el pedito", comentó el actor, e indicó que el director "era muy estricto".

'El Flaco' Ibáñez recuerda sus problemas de adicción

Asimismo, Manuel Ibáñez habló de su experiencia en alcohólicos anónimos. Recordó una ocasión en la que tenía una charla en la organización a la que asistía. 

"Traía un frasco como de 10 gramos y de repente me estaban pasando el mensaje y me paraba al baño y decía yo: 'nada más el chiquito, el de despedida'. Yo era así de como cuando le echas la pizca de sal", contó.  

amt

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