María Félix: la historia de sus lujosas joyas de cocodrilos y serpientes

Las icónicas piezas fueron elaboradas por una joyería de lujo bajo pedido de la diva mexicana.

María Félix: La historia detrás de sus joyas de cocodrilo y serpiente
Ciudad de México /

El New York Times llamó a María Félix 'la diosa suprema del cine en español'. A lo largo de sus 47 películas (incluidas algunas filmadas en Francia) impregnó a sus personajes con un aura de mujer fuerte e independiente. De hecho, su apodo de 'La Doña' lo ganó tras su actuación de 1943 en Doña Bárbara. Su personalidad fue de la mano con su estilo al vestir y su gusto en joyas. Sobre éstas últimas, destacan las piezas con forma de cocodrilos y serpientes que encargó a una lujosa casa joyera europea. 

"Quiero una joya distinta, diferente, que nadie tenga", se dice que pidió a un maestro joyero y de esa solicitud nació una una serpiente de brillantes con ojos de esmeralda que podía enrollarse en la muñeca o servir de collar.

María Félix llevó joyas de serpientes durante toda su vida adulta. Tenía unos brazaletes que lució en Venecia, en 1959, mientras paseaba por las calles con un helado en la mano.


Más tarde en 1966, mientras vivía en París por su matrimonio con Alexander Berger, visitó la casa Cartier y encargó un collar de serpiente cubierta de diamantes.

Cartier tardó dos años en fabricar esta serpiente de casi 56 centímetros de largo. La joya se componía por una armadura de platino y oro que la hacía totalmente flexible. Se calcula que estaba compuesta por más de dos mil diamantes pequeños mientras que la parte de las escamas inferiores se decoró con esmalte verde, negro y rojo como homenaje a la bandera mexicana. 

Unos años después de adquirir el collar, la actriz encargó un par de arracadas de serpientes de oro con esmalte turquesa cubriendo las escamas de la cabeza y la punta de la cola. 

Pero su joya de reptiles más excepcional nacería en a mediados de los años 70 y posee una de las historias más difundidas sobre la extravagancia de la diva.

Se dice que en 1975 María Félix se paseó por Cartier con un pequeño cocodrilo vivo y pidió una joya con la forma del animal. Aunque esto no está confirmado, la anécdota llegó hasta nuestros días quizá alimentada por la atrevida personalidad de la actriz y el increíble realismo que la joya tuvo con la piel del cocodrilo.

El collar con dos cocodrilos entrelazados era uno de los favoritos de la actriz y lo llevó durante muchos años. El collar original forma parte de la Colección Cartier de exquisitas joyas históricas de la marca.

Al igual que la serpiente, los cocodrilos están totalmente articulados en su interior. Se cuenta que ella estaba tan encantada con el resultado que ofreció un brindis para todos los artesanos de Cartier que trabajaron en la joya.

Antes de morir en 2002, María Félix vendió los collares de cocodrilo y serpienteCartier las compró por 20 millones de euros para agregarlos a su archivo histórico. 

En 2013, la mexicana tuvo un espacio especial en una exhibición de Cartier en París. Cartier nunca dejó de considerar a la estrella como una de sus clientas más importantes. 


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