María Levy, hija de Mariana Levy y Ariel Padilla, creció con la idea de tener un "matrimonio perfecto" y tradicional: hijos, casa, mascota, camioneta, etc.; sin embargo, confesó a su abuela, Talina Fernández,que esa ilusión se ha ido apagando y reveló que años atrás estuvo a punto de llegar al altar con un novio en Las Vegas, Nevada.
La influencer recordó aquel episodio de su casi boda durante el más reciente episodio del podcast Platicando con mi abuela, que graba cada semana con Talina Fernández. Antes de contar su experiencia, la hija de Mariana Levy admitió que en su adolescencia-juventud necesitó de la guía de su abuela y lamenta no haberla seguido.
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"Hubo una época que necesité más que nunca tus consejos, pero fue cuando menos te escuché... ¿te acuerdas de aquel novio? No voy a decir nombres, casi me casó... Ahí te va la historia, está de casos de la vida real, durísima".
María Levy contó que la invitaron junto a su novio a la llamada Ciudad del Pecado. Ella tenía 20 años y reconoció que pasaba por una etapa de cierta inmadurez, por lo que aceptó la apuesta de un amigo que iba con ellos.
"Íbamos en el avión y ese güey y yo estábamos muy tontos, muy chiquitos, muy enamorados. Íbamos con un amigo y nos dice: 'aprovechando que vamos a Las Vegas les apuesto a que no se casan... si se casan les doy equis cantidad de dinero', que era mucho mucho dinero, sobre todo para ese entonces que no ganaba nada de dinero, o sea, no tenía carrera".
La propuesta de recibir una gran cantidad de dinero por casarse con su novio le pareció de lo mejor e, incluso, planeó irse de compras: "Deli, voy a estar en Las Vegas, me voy a ir de shopping, cero me importó el matrimonio".
¿Por qué María Levy no se casó?
La joven recordó que hicieron jurar al amigo que cumpliría su palabra y relató que al aterrizar el avión fueron inmediatamente a la oficina de registro para preparar los documentos de la boda, que se llevaría a cabo al otro día.
"Pagamos 200 dólares para que nos dieran un permiso para que nos pudiéramos casar. Esa noche, de la emoción y como ya en nuestra cabeza contábamos con mucho dinero que nos iba a dar este güey, nos fuimos a celebrar. Entonces nos fuimos al antro, pidiendo botellas, pidiendo champagne, cena, baile y show. Gastamos una cantidad de dinero tremenda".
Mencionó que contrataron una limosina y compraron unos disfraces que utilizarían en la ceremonia, pero al llegar con el amigo, éste retiro su oferta, por lo que no continuaron con los preparativos, pues ya debía demasiado dinero.
"Estábamos crudísimos y llegamos con este güey, el amigo, y le decimos: '¿ya estás listo para al rato?', nos dice: '¿cómo? No, era broma', y nosotros: 'nos juraste y perjuraste que nos ibas a dar ese dinero' (...) Nosotros sin boda, yo sin shopping, con una cruda muy cabr*n* y con una deuda del antro de habernos gastado un ch*ing* de dinero que no teníamos".
amt