Tras denunciar de acoso sexual a Toño Berumen, ex representante de Magneto y Mercurio, Mauricio Martínez continúa en el camino en la búsqueda de justicia.
En entrevista para Chismorreo de MULTIMEDIOS, Martínez admitió no conocer a Eduardo Verástegui y que desconoce el motivo por el que el famoso actor apoya a Berumen tras ser denunciado.
"No lo conozco (a Verastegui)", admitió. "Yo creo que las personas que defienden a abusadores o presuntos violares (...) algo le sabrán o a lo mejor están coludidos", agregó.
El intérprete que ha llegado a Brodway también recordó que fue revictimizado en los medios, y fue la misma razón por la que decidió callar durante tantos años el acoso recibido.
"Era muy joven, estaba muy verde en esta carrera (...) y él era un hombre muy poderoso y dije 'si digo algo, no me van a creer, me va a destruir con una carrera que todavía no inicio, con una llamada de teléfono puede hacerlo'", aseguró.
Recuerda que lo trabajó durante años en terapia psicológica para salir adelante: "a mí la que me inspiró, fue Sasha", y recordó que ante ello, le externó su apoyo y solidaridad.
En cuanto a un posible encuentro con Berumen, Martínez asegura que no sabe qué le diría si lo tuviera enfrente y esperaría hasta ese momento para saberlo.
"Hay que ver qué sucede, a ver si sucede, no sé...", respondió después de que le preguntaran si creen que querría 'darle la cara'.
Mauricio Martínez, y su denuncia por acoso sexual
El pasado mes de marzo, tras la denuncia de Sasha Sokol sobre Luis de Llano, Mauricio Martínez denunció públicamente al productor Toño Berumen —quien llevó grupos como Magneto, Mercurio y Kairo—, a quien acusó de acosarlo sexualmente en los inicios de su carrera.
Según contó en un tuit, fue a una entrevista en su casa, donde tenía su oficina: "Yo tenía muchas ganas de orinar y fui al baño... y ahí fue cuando me di cuenta de que había una cámara que apuntaba a la regadera", relató.
"Salí bastante nervioso y canté. Me dijo ‘estás muy tenso; ¿por qué no te das un baño?'. Se me revolvió el estómago. En eso quiso masajearme el cuello y en un abrir y cerrar de ojos, su mano ya estaba en donde no tenía que estar. Lo empujé, le menté la madre y salí corriendo", recordó.
Cuenta que esto lo llevó a terapia y pudo salir adelante. Además, señaló que ya era un adulto de 23 años, por lo que pudo defenderse, pero advirtió que puede haber gente menor que no sepa qué hacer en esa situación.
caov