“No soy una damisela en apuros, me he metido en situaciones demenciales y he sobrevivido”, dice la actriz en el adelanto de “Pamela, A Love Story”. Pamela Anderson se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la televisión a principios de los noventa cuando comenzó a interpretar a la socorrista C.J. Parker en la serie “Baywatch” (“Guardianes de la bahía”). El camino antes y después del éxito no ha sido fácil para la canadiense-estadounidense.
La actriz, dijo a People recientemente, siente que a lo largo de su vida descubrió quién no era y que ahora estaba recordando quién era. Una parte de sus memorias, publicó el medio, la escribió en la granja de sus abuelos situada en la Isla de Vancouver, donde nació Anderson hace 55 años.
Era, contó, una niña a la que le gustaban los bichos, las serpientes, subir a los árboles y la naturaleza. También fue una niña que sufrió a manos de una de las personas que debía cuidarla. “En mi caso fue una canguro que me sexualizó muy temprano, obligándome a jugar juegos extraños en su cuerpo”, recordó al medio. Amenazada para que no dijese nada, Anderson intentaba proteger a su hermano. “No quería que le pasara a él, entonces hacía cosas para que no lo tocara”. Anderson contó a la CBS que este episodio hizo que confiase cada vez menos en las personas.
Cuando tenía 12 o 13 años, el hermano mayor del novio de una amiga abusó sexualmente de ella. Unos años después, volvió a ser víctima de violencia sexual, contó la actriz, según recogió Los Angeles Times. Durante el discurso que dio con motivo de la puesta en marcha de su fundación en 2014, Anderson compartió que su primer novio y amigos de este la habían violado en noveno curso. “No hace falta decir que me costó mucho confiar en los humanos. Solo quería desaparecer de la Tierra”.
La carrera de Anderson comenzó por casualidad en un partido de fútbol al que había ido como espectadora. Llevaba una camiseta de una cerveza y después de que la cámara de televisión la enfocara, la marca acabó usando su imagen para publicidad.
Luego llamó la revista Playboy. “Estaba tan confundida. Se lo dije a mi madre y ella dijo ‘Hazlo. Yo lo haría’. Era tan tímida que estaba mal. Consiguieron la portada en el primer rollo de película porque estaba llorando y pensando: Oh, Dios mío, esta mujer me tocó la teta, esto no es para mí. Y luego, después de un rato, me sentía tan cómoda que tuvieron que parar antes de que saliera desnuda por la puerta del estudio”, dijo a The Guardian en 2010. Tenía 22 años.
El éxito por Guardianes de la Bahía
Luego se mudó a Los Ángeles. En 1991 entró en el reparto de la serie “Home Improvement” y un año después, se puso el bañador rojo de “Baywatch” (“Guardianes de la Bahía”), serie en la que trabajó hasta 1997.
Casi dos décadas después, en 2016, dijo a Interview Magazine que nunca había visto un episodio de la famosa ficción. “No puedo verme a mí misma en televisión”, aseguró. “Vi parte de uno una vez y casi me desmayo. Nunca me sentí realmente confiada en lo que estaba haciendo en el pasado”, dijo, al igual que aseguró que no se arrepentía y que había sido una experiencia positiva.
En 1995, la actriz se casó con el baterista Tommy Lee, solo unos días después de su primera cita. De la relación entre ambos, intermitente, con peticiones de divorcio y reconciliaciones a lo largo de los años, nacieron dos hijos, Brandon, en 1996, y Dylan, un año después. En 1998, la actriz denunció a Lee por agresión y fue sentenciado a seis meses de cárcel.
El año en el que nació su primer hijo, Pamela Anderson, junto a su esposo, tuvo que hacer frente a un robo que dio un vuelvo a su vida. A principios de 1996 se percataron de que habían sustraído de su casa una caja fuerte en la que, entre otras cosas, había una cinta en la que se veía a la pareja manteniendo relaciones sexuales.
Lee y Anderson denunciaron, pero más tarde, cansados de las idas y venidas judiciales y los juicios paralelos, llegaron a un acuerdo que, pensaron, les ayudaría a limitar la difusión, aunque no fue así. “Que era propiedad robada”, dijo Anderson a la CBS sobre qué le gustaría que la gente entendiera sobre la cinta. “Que eran dos personas locas y desnudas, enamoradas. Estábamos desnudos todo el tiempo grabándonos y haciendo el tonto. Pero esas cintas no estaban destinadas a que nadie más las viera. Y no las he visto hasta el día de hoy”. La actriz calificó de muy dolorosa la explotación de su intimidad por parte de otros.
Anderson lleva años siendo activista en diferentes causas, como la defensa de los animales, en la que ha trabajado con PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales, por sus siglas en inglés), y del medioambiente.
caov