El artista que pintaba obras en un programa de televisión en menos de media hora y utilizando poco más que un pincel de cerdas grandes, una espátula y mucho ánimo, Bob Ross, seguramente no se habría imaginado que una de sus obras estaría a la venta por casi 10 millones de dólares.
Pero ese es el monto que una galería de Minneapolis pide por “A Walk in the Woods”, la primera de las más de 400 obras que pintó Ross en su programa de televisión en vivo “The Joy of Painting”.
“Es la primera temporada, el primer episodio, lo que podríamos llamar la tarjeta de novato de Bob Ross”, comentó Ryan Nelson, quien es propietario de la galería Modern Artifact, refiriéndose al trabajo creado en el debut del programa de televisión, que se transmitió el 11 de enero de 1983.
Nelson, quien creció en un pequeño poblado, dijo que se introdujo en el arte gracias al programa de Ross y que le encantan sus cuadros. No espera que la obra se venda rápido tomando en cuenta su elevado precio, el que considera una oportunidad para exhibir el cuadro a un público más amplio.
En ese primer episodio en el que pintó “A Walk in the Woods”, Ross, luciendo su emblemático peinado permanente, su poblada barba y su camisa desabotonada, señaló que la pintura no tenía por qué ser pretenciosa.
“Hemos evitado pintar durante mucho tiempo porque creo que toda la vida nos han dicho que hay que ir a la escuela durante la mitad de la vida, incluso que hay que ser bendecido por Miguel Ángel al momento de nacer, para ser capaz de pintar un cuadro”, dijo Ross. “Y aquí queremos mostrarles que eso no es cierto. Que puedes pintar un cuadro”.
Ross, quien falleció en 1995, fue conductor del programa de 1983 a 1994. En cada episodio, les hablaba directamente a los televidentes, a quienes alentaba a pintar con él mientras creaba escenas idílicas de arroyos con un fondo de montañas, cascadas y cabañas rústicas y molinos, todo pintado a gran velocidad.
Ninguna de las pinturas de Ross, incluida “A Walk in the Woods”, debería ser considerada como una obra maestra. Pero ese no era el punto.
“Lo que esta obra representa es al artista del pueblo”, comentó Nelson. “Esta no es una institución que te está diciendo que Bob Ross es increíble. No es una galería para intelectuales que te dice que Bob Ross es genial. Son las masas, la población del mundo que está diciendo que Bob Ross es increíble”.
Nelson compró el cuadro el año pasado y luego le puso un precio “para no venderlo” de 9,85 millones de dólares, dijo la publicista Megan Hoffman.
DAG