El camino de un director de cine no siempre es recto. Joel Schumacher fue un ejemplo de esto, pues antes de poder poner el ojo tras la cámara, tuvo que ejercer otros roles que enriquecieron su visión creativa, lo que también favoreció a darle un sello distintivo a sus filmes.
Hoy, que se informó de su deceso a los 80 años en Nueva York debido a un cáncer que acarreó por años, es meritorio recordarlo no solo enfatizando en lo que todos dicen de él: las dos películas de Batman que creó; sino hacer hincapié en todo su legado, que incluye joyas del séptimo arte como Los muchachos perdidos (1987) y Un día de furia (1993).
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Historia de Joel Schumacher
Joel nació el 29 de agosto de 1939 en la ciudad que nunca duerme: Nueva York. Pasó sus primeros años en el barrio del Bronx, pero la muerte de su padre, Francis, en 1943, obligó a que el pequeño y su madre, Marian, se mudaran a Long Island.
Desde joven, Joel mostró un gran interés por el diseño y la moda, por lo que se matriculó en la Parsons The New School for Design y posteriormente en el Fashion Institute of Technology, ambas instituciones neoyorquinas.
A mediados de los años 60, el creativo enfrentó una situación triste: la muerte de su madre, que lo sumió en una crisis de drogadicción de la que pudo salir a principios de los 70.
Entonces, con el ímpetu renovado y las ganas de desarrollar lo aprendido en su formación escolar dentro del mundo del cine, el novel diseñador se mudó a Los Ángeles.
Inicios de Joel Schumacher en el cine
Sus primeros trabajos cinematográficos fueron como encargado de vestuario en películas de Woody Allen (El dormilón, 1973) y de Herbert Ross (El fin de Sheila, 1973).
Luego probó el rol de guionista en producciones como Un Mundo Aparte (1976), dirigida por Michael Schultz, y El Mago (1978), musical dirigido por Sidney Lumet.
Para ese entonces, Joel ya tenía la inquietud se dirigir, por lo que comenzó elaborando comerciales y cintas destinadas a la televisión, tal es el caso de Virginia Hill (1974) y The amateur night at the Dixie bar and grill (1979).
Su debut en la pantalla grande ocurrió en 1981 con la película de ciencia ficción La más pequeña del mundo, basada en el libro The shrinking man (1956), del escritor Richard Matheson.
Películas de Joel Schumacher
A partir de su primera cinta para la gran pantalla, Joel no se detuvo: en 1983 filmó Los locos del taxi con Mr. T como protagonista y dos años después, en 1985, St. Elmo's Fire, que narra las dificultades de siete amigos recién graduados de la universidad. Para esta producción contó con Emilio Estévez, Rob Lowe, Demi Moore y Judd Nelson como parte del elenco.
Luego, en 1987, Schumacher creó una cinta que se volvería muy relevante dentro de su filmografía: Los muchachos perdidos, sobre una familia que llega a California y se enfrenta con un grupo de jóvenes vampiros.
Un toque de infidelidad (1989), Línea mortal (1990) y Elegir un amor (1991) fueron películas que el director realizo hasta que en 1993 lanzó Un día de furia, protagonizada por Michael Douglas, que muestra como un ciudadano común, tras un día lleno problemas personales y crisis vial, se convierte en un tipo violento y desquiciado.
Joel Schumacher y Batman
La calidad de su trabajo como director provocó que fuera elegido para continuar la saga de Batman que comenzó Tim Burton. Su participación con el murciélago de Ciudad Gótica abarcó dos cintas: Batman forever (1995) y Batman y Robin (1996).
En esta incursión en el cine de superhéroes trabajó con actores como Tommy Lee Jones, Jim Carrey, Val Kilmer y George Clooney. Destaca que en ambas cintas el vestuario es algo destacado, prueba de que Joel nunca descuidó su gusto por esta área.
yhc