Así fue la conexión de Amparo Serrano con la Virgen de Guadalupe: "Es mi madrina"

Durante una entrevista compartió lo agradecida que estaba con la Virgen por haber convertido a Distroller en una marca exitosa.

Cortesía
Ciudad de México. /

Amparo Serrano, mejor conocida como ‘Amparín’, fue una diseñadora mexicana creadora de la marca ‘Distroller’, quien se dio a conocer por su interpretación animada de la Virgen de Guadalupe.

A través de redes sociales la hija de Amparo, Camila West, dio a conocer que su madre falleció a los 56 años de edad.

¿Como inicío el negocio de Amparo?

El negocio de Amparo inició tras su matrimonio con el empresario y manager David West, que para ese momento trabajaba en un banco. Luego de la unión, ambos se mudaron a Nueva York, donde ella tomó un curso de cerámica, en el que elaboraba particularmente platos. Fue aquí que comenzó a dibujar sobre ellos.

Tiempos después la organizadora del taller le pidió a Amparo permiso para exhibir su trabajo en la revista ‘Beautiful House’, convirtiéndose en la primera persona en aplaudir sus productos. Tras esto ella obtuvo seguridad y en su regreso a México compró un horno de cerámica, no obstante, nunca creyó que se fuera a convertir en un negocio.

Jamás me di el chance de creer que iba a ganar un centavo en mi vida, fue de churro”, comentó.

Su trabajo poco a poco comenzó a ser del agrado de los demás, aunque tardó varios años en arrancar de manera formal como negocio.

Amparo Serrano y su relación con la Virgen

De acuerdo con Amparo, ella se consideraba católica, aunque más guadalupana ya que toda su vida ella junto a su familia peregrinaron a la Basílica.

“Siempre he tenido algo especial con ella, respecto al dibujo, solo sé hacer caricatura, nunca hubiera podido hacerla tal como es”.

Además, Amparo Serrano consideró a la Virgen de Guadalupe como una madrina, ya que fue ella quien le permitió tener éxito con Distroller. Luego de utilizarla por primera vez en sus platos el negocio creció exponencialmente.

Al tener el horno y dedicarse esporádicamente a la cerámica, una amiga de Amparo le pidió platos para el bautizo su hija. Esta era la ocasión perfecta para colocar a la Virgen en el plato.


Lo anterior fue bien recibido por algunos al considerarlo no solo bonito sino creativo, aunque también fue duramente criticada por los más religiosos, quienes la increparon. Sin importar el recibimiento la marca creció rápidamente.

Las quejas fueron en torno a la caricaturización de la imagen de la Virgen, a lo que ella respondía que nadie hemos podido ver a ningún personaje católico como tal, por lo que todas son solo interpretaciones tan validas como la suya.

Incluso relató una mala experiencia en La Villa, donde fue testigo de la negativa de un padre hacia un niña de bendecir su Virgen, ya que era de la famosa marca. Ni el padre ni nadie sabían que Amparo era la dueña de la marca y se encontraba detrás de la menor.


Por último, señaló que no todo fue malo, ya que también recibió buen trato de la misma iglesia, al recibir incluso ofertas de colaboraciones y agradecimientos por acercar la fe y religión a los niños; igual contribuyó a la alegría de las imágenes religiosas, al agregarles color y quitar lo flagelado, situación que vivió con David que era judío y experimentaba miedo con las imágenes católicas.


FM

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